Y como todos los años se acercan las fechas en las que los padres se vuelven locos buscando campamentos o escuelas de verano donde poder dejar a sus peques mientras ellos trabajan. Y es que la sociedad está mal organizada, lo mires por donde lo mires, y no termino de entender cómo nadie hace nada al respecto.
Los colegios acaban en junio, pero los padres tienen que seguir yendo a trabajar en julio y agosto a excepción de las vacaciones que puedan cogerse y eso significa que hay dos meses en los que los niños no tienen clase y deberían disfrutar del verano, pero en muchas familias no hay quien se pueda hacer cargo de ellos.
Los que tienen la suerte de tener abuelos en edades activas y sin problemas de salud podrán quedarse con ellos, si así aceptan sus padres, pero hay muchas familias que viven en diferente ciudad que los abuelos, o en las que los abuelos no pueden hacerse cargo de los niños e incluso, y por desgracia, en las que los abuelos ya han fallecido. ¿Qué hacemos entonces con los peques? Pues volvernos locos buscando actividades en las que apuntarlos
Muchos colegios, como nos indican desde AEM, Actividades Extraescolares en Madrid, contratan monitores para abrir en julio en una especie de escuela de verano en la que practican natación, dibujo, juegan al aire libre y realizan actividades lúdicas todas las mañanas, de lunes a viernes, normalmente de 9 a 14:00. Pero apuntar a tu hijo o hija a este tipo de escuela suele tener un coste mínimo de unos 350 euros, y si tienes dos hijos o más la cosa va subiendo.
Otros colegios privados, como Madre de dios Ikastetxea, se comprometen con las familias hasta el punto de buscar soluciones a medida. Si es posible, crean grupos para escuelas de verano y si no lo es incluso buscan ayuda en empresas privadas para facilitar niñeras y otras opciones.
Si salimos de la idea del colegio y optamos por la escuela de verano que ludotecas privadas suelen poner también a disposición de sus usuarios, el precio del mes se puede disparar tranquilamente hasta los 500 euros, así que habrá quien acabe trabajando el mes de julio solo para pagar las escuelas de verano de sus hijos y por tanto, tendrá que pagar facturas y comer de los ahorros que hayan podido generar a lo largo del año.
¿Y en agosto?
Pero ahora llegamos al mes por antonomasia, agosto. Y es que mientras que en julio algunos colegios organizan actividades y escuelas de verano y las ludotecas también ofrecen sus servicios, e incluso las guarderías y escuelas infantiles, en agosto todos bajan la persiana y los padres se encuentran con que, ni pagando, consiguen encontrar un centro especializado que se haga cargo de sus hijos mientras ellos están en horario laboral.
Increíble, ¿verdad? Pero así es.
Debido a ello están surgiendo grupos de padres en las escuelas que proponen la organización de viajes, con monitores que quieran seguir trabajando en agosto e incluso con otros padres que tengan la posibilidad de librar 15 días o todo el mes, en los que se organizan actividades para los niños al tiempo que se les ofrece un poco de aire libre lejos de las grandes urbes y el mundanal ruido de las calles.
Y es que este tipo de cambio de aires suele venir muy bien a los pequeños, mejor de lo que pensamos a veces, el problema es conseguir la economía y la organización necesaria ocmo para llevarlos a cabo.
En mi caso, se han creado tres grupos en el colegio de mis hijos. Dos en los que solo van monitores como adultos responsables y otro, el de mi hijo, en el que van a ir dos monitores y una familia al completo, con sus papás.
El grupo de mi hijo, en el que van a ir 15 niños, va a realizar una ruta en autobús. La primera parada es en Albacete, en Nerpio. Se van a alojar en El Cortijo el Sapillo durante 5 días, una casa rural en la que ofrecen diferentes actividades como senderismo, espeleología, tiro con arco, tirolina, paseos en bicicleta e incluso pesca (aunque para esto último se requiere permiso).
Después volverán a subir al bus en dirección al sur, hacia Granada. Allí se alojarán en un complejo de casitas de madera donde se dividirá un monitos con 5 niños por cabaña, y luego la familia de padres del cole con sus dos hijos y tres niños más en otra. Allí también harán actividades con Ecoactiva Turismo, tales como barranquismo, piragüismo, paintball, senderismo de nuevo y multiaventura. Luego, tras 4 días más allí, regresarán a casa.
El viaje, a pesar de todo lo que conlleva, nos sale por unos 300 euros que es dinero, sí, pero al final merece mucho más la pena que la escuela de verano y de todos modos aunque quisiéramos que se quedase aquí no podríamos hacerlo ya que, como he adelantado, todo cierra en Agosto.
Al final, entre Julio y Agosto, cada familia se puede llegar a gastar unos 800 euros por niño, así que como tengan dos o tres nos metemos en un dineral que no todos podemos abarcar y ante una situación así ¿qué haces? Al final tenemos que tirar de amistades, familiares e incluso de conocidos cuando creo, firmemente, que el Estado debería hacer algo al respecto.
Y es que no somos unas pocas familias las que tenemos el problema, es prácticamente toda la población con niños de corta edad, de entre 0 y 12 años, quien tiene que lidiar con esto cada año hasta que los pequeños sean lo suficientemente maduros como para poder quedarse solos en casa unas horas mientras sus padres están en el trabajo. Y yo, tengo suerte, porque al menos dos semanas de agosto las tengo de vacaciones, pero quien no puede cogerse vacaciones en verano su dilema es aún mayor.
Luego quieren que tengamos hijos, que aumente la natalidad para mejorar la calidad de vida en nuestro país ya que una población envejecida supone un gasto económico brutal, por no hablar de que también supondría un problema logístico enorme. ¿Pero cómo vamos a tener hijos si cada dos por tres hay un problema diferente. La economía, por supuesto, es el primero, pero también lo es la vida profesional de cada uno y cosas como esta, que a priori no es nada decisiva, suponen un bache más para poder ampliar la familia.
Si pienso en tener un segundo bebé y en tener que pagar el doble en verano para poder quedarme tranquila con que estarán bien cuidados mientras yo trabajo, acabaría por tener que invertir todo mi sueldo completo de un mes en ello, y para muchas familias eso no es una posibilidad si quieren seguir pagando sus facturas.
Así que, ¿qué hacemos al respecto? ¿Seguimos como estamos o empezamos a movernos buscando una solución, o unas ayudas, que nos pongan las cosas más fáciles?
Aún estamos peleando por conseguir la gratuidad de la educación en niños de 2 a 3 años, aunque soy de las que opina que cualquier niño debería poder acudir a una escuela infantil, a partir de los 4 meses que es cuando acaba la baja laboral del padre y la madre, de forma gratuita y, obviamente, en nuestro país no es así.
¿Alguna idea al respecto?