Si eres autónomo, tienes una empresa, eres un profesional freelance o trabajas como comercial es importante que cuentes con tu propia tarjeta de visita. Así la podrás entregar cada vez que conozcas a un potencial cliente, pero también la podrás entregar a proveedores o a cualquier persona que pueda estar interesada en tus servicios o productos.
Pero ¿Cómo debe ser una buena tarjeta de visita? Pues lo vamos a descubrir en este artículo.
Cómo debe ser una buena tarjeta de visita profesional
Tiene que seguir la estética corporativa
Sobre la tarjeta de visita es importante que tenga un buen diseño y siga con la estética corporativa de la compañía. “A la hora de construir una marca es fundamental que todos los elementos que representan a la compañía transmitan las mismas emociones y sensaciones. Y por ello se debe seguir la misma estética y utilizar los colores corporativos para que la imagen corporativa se capte mejor por el consumidor o el público objetivo”, explican desde Empacke, empresa de Sevilla especializada en el diseño de branding y packaging de productos.
No deben faltar tus métodos de contacto
En una buena tarjeta de visita profesional no debe faltar tu nombre y apellidos, así como el cargo dentro de la compañía. Pero además de ello es importante incluir tu número de teléfono de trabajo, el fijo de la oficina o tu correo electrónico.
Por supuesto, la tarjeta también debe incluir el logotipo de la empresa y su página web. Además si la compañía dispone de cuentas profesionales en redes sociales es oportuno incluir los perfiles. Así las personas podrán seguir las cuentas con mayor facilidad y estar al tanto de todas las novedades.
Escoge el acabado, el número de caras y el color
Existen distintas opciones que hay que tener en cuenta a la hora de imprimir una tarjeta. Así, se debe elegir el número de caras o el acabado de la tarjeta.
En cuanto al número de caras los formatos tradicionales son de una o dos caras. Las tarjetas de una cara contienen por un lado el diseño de la tarjeta y por el otro están completamente en blanco. Este espacio suele ser utilizado por los clientes para poder escribir sus notas u anotaciones. Este tipo de formato suele ser el más económico, pero suelen ser más bonitas las de dos caras. Mientras que las tarjetas que se imprimen en dos caras cuentan con diseño en los dos lados. Así por ejemplo en el lado delantero se puede incluir tu nombre y cargo en la compañía y en la parte posterior añadir todos los métodos de contacto. Hay que señalar que aunque los formatos tradicionales sean las tarjetas a una cara o a dos últimamente cada vez se están viendo más tarjetas de visita que están diseñadas como un díptico. Es decir, son tarjetas que cuentan con cuatro caras y que se doblan por la mitad. Este tipo de tarjetas de visita cuentan con mayor espacio para poder añadir información relevante. Pero suelen ser más caras al tener que imprimir mayor cantidad de papel.
Otra cuestión que hay que valorar a la hora de imprimir la tarjeta de presentación es que se puede imprimir a color o en blanco y negro. Las tarjetas a color ofrecen mayor profesionalidad y cuentan con una estética mucho más bonita. Mientras que las tarjetas que se imprimen en blanco y negro son menos atractivas pero más económicas. Debes valorar qué es lo que más te interesa a la hora de escoger este aspecto. Pero como recomendación si la diferencia es poca lo mejor es que apuestes por el color.
Como comentábamos con anterioridad a la hora de imprimir la tarjeta también se debe escoger el acabado. Las opciones más comunes entre las que se puede elegir son mate o brillo, pero también se puede plastificar por completo las tarjetas. Esta última opción se suele escoger menos porque al plastificar las tarjeta aumenta el precio por unidad además aunque sean más duraderas impiden que se pueda escribir sobre ellas.
En definitiva, estas son las cuestiones fundamentales que se deben tener en cuenta a la hora de escoger o diseñar una buena tarjeta de visita. Si quieres tener un diseño atractivo de tu tarjeta de visita puedes contratar a un profesional para que se encargue de ello. Es mucho mejor invertir un poco en un diseñador gráfico o contratar a una agencia de branding que contar con una tarjeta poco atractiva.