Cuando se trata del derecho, muchas personas suelen pensar que todos los abogados saben de todas las áreas y que pueden atender todos los casos. Suele pasar un poco como ocurre con los médicos, que las personas asumen que lo saben todo de todo, aun cuando no sea su área.
Si tomamos este ejemplo, podemos entender lo que ocurre con los profesionales de la abogacía, que si bien tienen un conocimiento básico de todas los campos que abarca el derecho, no suelen enfocarse en todas las áreas, sino que se especializan en una o en un par de ellas.
Una de las especialidades que suele ser muy necesaria es el Derecho Matrimonial, este se trata del conjunto de normas jurídicas que regulan la institución matrimonial, como relación entre los cónyuges, que sin ser parientes, crean mediante un contrato, un vínculo muy sólido, base de la estructura familiar, y con muchas consecuencias legales.
Así, el derecho matrimonial regula al matrimonio en cuanto a sus requisitos, impedimentos, validez, derechos y deberes de los cónyuges, efectos patrimoniales, régimen alimentario, separación y divorcio.
Características del abogado matrimonialista
Ahora bien, tomando en cuenta el tipo de asuntos que le atañen al abogado matrimonialista, es importante conocer un perfil general de cómo debe ser el profesional, de manera que si se llegase a necesitar, se tenga la información suficiente para elegir uno. Según los letrados del Bufete Trujillo, es importante que estos cumplan con las siguientes características:
- Especialización: Esta cualidad no solamente se puede conseguir por la cantidad o volumen de casos de esta especialidad, sino también a través de estudios de postgrado, másteres especializados en Derecho de Familia, asistencia a congresos y conocimiento de la más reciente legislación y Jurisprudencia dentro de los diversos campos que componen esta rama de Derecho. Es fundamental que el profesional tenga estudios que lo acrediten y que le otorguen el conocimiento suficiente para enfrentarse a casos tan complicados como los que implica la familia.
- Empatía y consideración: Dado el alto nivel de sensibilidad que se requiere para llevar un asunto matrimonial, es fundamental que el profesional sea capaz de entender cuál es la posición de las partes, entender sus sentimientos, anhelos, convicciones, prioridades o propuestas. En definitiva, que pueda ponerse en el lugar de los cónyuges con la capacidad de identificarse con ellos, compartir sus emociones y tratar con la mayor delicadeza posible estas situaciones. Pues es prioritario que el profesional comprenda que el caso estará plagado de emociones y que se deben tomar las decisiones respetando eso y buscando minimizar los daños en una situación naturalmente compleja.
- Alta capacidad de negociación: Cuando se trata de este tipo de casos, en los que están implicados organismos familiares, es fundamental que el profesional tenga una alta capacidad de negociación con la finalidad de buscar siempre la mejor solución, ya que se están tratando asuntos de alta sensibilidad personal donde intervienen elementos de la Familia como son ambos progenitores y unos terceros también involucrados que son los hijos.
Si se cuenta con un profesional que tenga una capacidad de negociación efectiva, este logrará conseguir soluciones consensuadas armónicas y equilibradas para ambos cónyuges y, sobre todo, que eviten mayores perjuicios para los menores. Por ello es importante que uno de los puntos fuertes del abogado matrimonialista sea la negociación pues así podrá:
- Evitar el dolor emocional que toda crisis de pareja conlleva y el desgaste económico de un proceso contencioso puede conseguirse en ocasiones con soluciones creativas
- Actuar siempre en beneficio del cliente suele ser una cualidad altamente valorada por el mercado, mientras que conseguir acuerdos positivos para ambas partes a través de pactos no lesivos para ninguna de ellas suele ser lo más apreciado por el usuario.
- Saber mediar entre los afectados: Un abogado matrimonialista con experiencia debe tener siempre amplios conocimientos de mediación que permita que los cónyuges dejen a un lado sus emociones y plantear puentes de comunicación entre los mismos para que sean éstos los principales actores de sus propios acuerdos. Cuando se hace una mediación exitosa, es fundamental entender que esto no significa que se deban imponer soluciones por el Abogado, sino ayudar a que sean las partes las que consigan la solución más adecuada para su caso, la cual facilitará de modo efectivo la ejecución de lo pactado, tendiendo puentes comunicativos entre los cónyuges.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que hay excepciones a esta regla, pues esto no será siempre posible especialmente en los casos que haya violencia de género, abuso infantil, desnivel económico entre ambos, amplia dominación de uno de los cónyuges sobre el otro.
- Saber comunicarse con el cliente: En este tipo de casos es imprescindible una buena comunicación y diálogo en la relación abogado/cliente, siempre tomando en cuenta que se debe tratar al cliente con la delicadeza que ameritan situaciones tan complejas. La comunicación incluye otros conceptos como pueden ser la comprensión y cercanía, la disponibilidad, atender a las llamadas para la resolución de dudas. Algo muy importante por parte del profesional, es que pueda hablarle al cliente de forma que pueda entender sin entrar en terminología demasiado técnica, para evitar confundirlo.
- Debe tener experiencia en tribunales: El peor de los escenarios se presenta cuando no se pueda conseguir pactos o acuerdos consensuados que den una solución efectiva a los clientes, en ese caso únicamente quedará en última instancia la defensa enérgica de los intereses de los mismos ante los Tribunales en los cuales serán necesarios todos los conocimientos procesales necesarios para la implementación de una determinada estrategia beneficiosa para el cliente, haciendo que el Ordenamiento Jurídico juegue en su favor.
Para ello se deben exponer con eficacia los elementos positivos que favorezcan la postura y pretensión del cliente, respetando siempre las reglas deontológicas de la profesión y una buena instrumentalización de todos los elementos probatorios que puedan operar en pro de un resultado positivo.
- Debe tener conocimiento en otras áreas: Un abogado matrimonialista eficaz siempre deberá poseer entre sus aptitudes, unos determinados conocimientos de psicología infantil y de pareja, ya que el derecho matrimonial está ampliamente impregnado tanto por la Sociología como por la Psicología y la comprensión de la realidad social imperante en cada momento. En caso de no estar lo suficientemente empapado, debe estar abierto a trabajar con profesionales de otras áreas que lo ayuden a conseguir el mejor resultado para el cliente.
Funciones del abogado matrimonialista
Si bien es fácil comprender cuales son las funciones de un abogado matrimonialista si leemos atentamente los puntos anteriores, siempre es bueno tener un listado de cuáles son los campos que estos profesionales abarcan con su trabajo:
- Los abogados de familia aplican las normas y principios de derecho en el ámbito familiar y matrimonial.
- Realizar trámites y presentaciones, así como defensa en los casos derivados a los tribunales de familia.
- Asesoramiento jurídico procesal, civil y social en el ámbito de la familia
- Facilita los acuerdos a conflictos matrimoniales jurídicos como separaciones, custodias, o la más habitual, los divorcios, no es de extrañar que algunos se dedique plenamente dentro de esta rama ofreciendo servicio exclusivo de abogados divorcio
- Otras de las funciones de un abogado de familia es la de redactar los textos legales en función del tipo de área jurídica, así como la entrega de los mismos al Tribunal.
¿Cómo pueden ayudar los abogados matrimonialistas?
Los abogados de familia ofrecen una cartera de varios servicios relacionados al ámbito de la familia, como pueden ser:
- Gestión y trámites relacionados con la pensión alimenticia y económica. Esto se extiende en la obtención de un cálculo pormenorizado adaptado a las necesidades y situación del cliente, así como la ejecución de las mismas
- Servicios, trámites y gestiones de herencias y sucesiones en el ámbito familiar
- Servicios sobre la redacción de testamentos
- Aquellos trámites relacionadas con la tutela y adopciones de menores
- También pueden llevar gestiones sobre la custodia de hijos, la custodia compartida y la patria potestad.
- Otros servicios es el asesoramiento y gestión de la emancipación del menor
- Asesoramiento e intervención en los casos de violencia doméstica, ya sea física o psicológica.
- Liquidaciones de ganancias y patrimonio conyugal.
- También aquellos casos relacionados con Infidelidades y adulterio.
- Sin duda, uno de los servicios más destacados son los relacionados con los procesos matrimoniales como los divorcios y separaciones. Así como lo relacionado con la separación de bienes o la aplicación de régimen ganancial o de separación de los mismos o acuerdos de los mismos.
El abogado matrimonialista tiene un trabajo complicado que requiere no solamente de un amplio conocimiento de las leyes y sus aplicaciones, sino de un alto nivel de compromiso para con sus clientes, pues en estos casos no estamos hablando de una batalla legal que no implique emociones ni afectos. Hablamos de casos en los que están involucrados aspectos que van mucho más ligados al lado humano y que afectan a un núcleo familiar en su totalidad.
Pensando en ello, elegir a un abogado matrimonialista debe hacerse pensando en encontrar a una persona que pueda defender los derechos de su cliente mientras intenta evitar un daño mayor, siempre trabajando desde la confianza, el respeto a los privilegios y la consideración para todos los involucrados.