Seguro que has escuchado muchas veces la palabra homeopatía. Un campo aún desconocido y sobre el que todavía quedan parcelas por descubrir. Por eso hoy hacemos una llamada a Farmacia Ramón Ventura, que disponen de un equipo de especialistas en homeopatía que pueden aconsejarnos debidamente sobre los diversos productos homeopáticos. “Al hablar de Homeopatía se está haciendo referencia tanto a un método terapéutico como a un tipo de medicamento”, explican.
Hay que tener en cuenta que el método terapéutico se caracteriza por individualizar el tratamiento tras valorar al paciente de forma global. Un medicamento homeopático ayuda al organismo a reaccionar y recuperar su equilibrio con un perfil óptimo de eficacia y seguridad. No presentan contraindicaciones, interacciones medicamentosas ni efectos adversos relevantes, por lo que pueden ser prescritos para todo tipo de pacientes, incluso niños, embarazadas y enfermos polimedicados. Los medicamentos homeopáticos están indicados para tratar cualquier enfermedad ya sea aguda o crónica, en cualquier época de la vida, y pueden utilizarse como tratamiento exclusivo o puede darse junto con otras terapias.
Desde esta farmacia nos aseguran que lo bueno de la homeopatía es que actúa muy rápidamente. En problemas agudos como tos, fiebre, cefalea o diarrea, actúan en cuestión de minutos u horas, y suelen ser más eficaces cuanto antes se comience a tomarlos. En problemas crónicos también son rápidos, ya que en pacientes que llevan años con asma, dermatitis, alergia, insomnio o problemas reumáticos, la mejoría se produce en semanas o meses, permitiendo a menudo reducir la medicación habitual.
De dónde viene
Una vez que ya conocemos esto, hay que saber que la homeopatía es un método terapéutico que utiliza medicamentos homeopáticos para restablecer la salud del paciente. Estos medicamentos se seleccionan de forma individual para el enfermo en función de la ley de similitud, enunciada por el Dr. Samuel Hahnemann, fundador de la Homeopatía, a finales del siglo XVIII. No hay que olvidar que desde sus orígenes, la homeopatía se ha basado en un método científico experimental. Aunque en las últimas décadas es cuando la metodología se ha adaptado a las exigencias y criterios de la investigación convencional, como indican desde la Sociedad Española de Medicina Homeopática.
La ley de similitud o ley de los semejantes dice que una sustancia capaz de producir una serie de síntomas en una persona sana es también capaz de curar síntomas semejantes en una persona enferma, administrando esa sustancia en dosis mínimas. La Homeopatía tiene dos peculiaridades que la hacen diferente de la terapéutica convencional que son el medicamento homeopático y la forma de prescribir el medicamento.
Cómo se administra
Para facilitar la toma por parte de los pacientes, los medicamentos homeopáticos se administraban sobre una base sólida dulce. La evolución de la galénica dio lugar a las formas farmacéuticas actuales, los gránulos y los glóbulos. Los gránulos y los glóbulos son pequeñas esferas de sacarosa (85%) y lactosa (15%). Los gránulos y los glóbulos son un soporte neutro para el principio activo, y tienen las ventajas de ser muy fáciles de administrar.
Los gránulos son esferas de diámetro cercano a los 4 milímetros y se envasan en tubos de 4 gramos, que contienen aproximadamente 80 gránulos. Prescritos a razón de 5 gránulos por toma, un tubo corresponde entonces a 15-16 tomas.
Lo que tienes que saber
Los medicamentos homeopáticos son una herramienta más dentro de todas las posibilidades que tiene el profesional de la salud. Son útiles en la mayoría de las patologías y áreas: ORL, ginecología, pediatría, dermatología, patologías digestivas, enfermedades del sistema nervioso etc… El profesional de la salud puede prescribir medicamentos homeopáticos en situaciones agudas, es decir en síntomas o enfermedades puntuales.
También es muy útil en enfermedades crónicas o de repetición como por ejemplo las alergias, los trastornos musculo-esqueléticos (dolor de espalda por ejemplo), los problemas de ansiedad etc… La homeopatía se integra cada vez más en el tratamiento de enfermedades severas como coadyuvante para reducir los efectos secundarios de medicamentos, mejorar la calidad de vida del paciente y conseguir un mejor cumplimiento del tratamiento.
El viejo aforismo de la medicina (no sólo de la homeopatía) de que “no hay enfermedades sino enfermos” tiene su origen en la experiencia: una misma enfermedad se presenta en diferentes sujetos de formas variadas, de acuerdo a sus características individuales, a su constitución física y psíquica y al medio en el que se desenvuelve.
La homeopatía permite adaptar el tratamiento según cómo se manifiesta la enfermedad en cada paciente, es decir la forma clínica personal del enfermo. Sin embargo, algunos tratamientos homeopáticos no tienen necesariamente en cuenta estas variaciones, así que podríamos decir que según el caso la homeopatía tratará al enfermo, a la enfermedad, o a los dos.
Ahora que conoces ya un poco más sobre la homeopatía, está en tus manos el poder cambiar tu vida y acercarte a este mundo.