No te quedes parado frente a un despido: estas son tus opciones.

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A veces la vida nos pone en situaciones difíciles para todos, que nos dejan abrumados sin saber qué hacer: el despido es una de ellas. Para la mayoría de las personas, el trabajo es una de las cosas más importantes que se tiene en la vida (aunque no debería ser así), anteponiéndolo a relaciones, bienestar y salud mental por el hecho tener una serie de seguridades y sentir que son “alguien” en la vida. Es por ello, que un despido puede causar graves consecuencias en la vida de una persona.

Sin embargo, el despido no es el fin, y no lo decimos solo por el hecho de que podemos encontrar otro trabajo; existen vías de solución y reclamaciones de las que debemos tener en conocimiento para poder luchar contra un despido injusto. A través de nuestros derechos laborales podremos conocerlas, y, además, debemos conocerlas.

Así que, tanto si estás trabajando como si no, recuerda: el conocimiento es poder. Si conoces tus derechos, podrás luchar contra la injusticia, y para ello te vamos a dar toda la información necesaria en este artículo.

Tipos de despidos.

Lo primero que debes hacer al recibir la noticia de tu despido es tomar un respiro y entender qué ha sucedido. Los despidos no son solo una cuestión de números; hay aspectos legales y emocionales que debes considerar.

Éstos pueden clasificarse en tres categorías principales, cada uno con sus propias características y derechos asociados:

  1. Despido disciplinario.

Este tipo ocurre cuando el contratante considera que has incumplido gravemente con tus obligaciones laborales. Entre las razones que lo justifiquen podemos encontrar faltas repetidas de asistencia, desobediencia o comportamientos inapropiados. Si te enfrentas a un despido disciplinario, es muy importante revisar si realmente hubo una falta grave y si la empresa siguió los procedimientos adecuados; no te quedes callado y defiende tus derechos.

  1. Despido objetivo.

Aquí, el empresario puede alegar razones como la ineptitud del trabajador o cambios estructurales en la empresa que hacen que tu puesto ya no sea necesario. En estos casos, tienes derecho a una indemnización correspondiente.

  1. Despido colectivo.

Si la empresa se ve en la necesidad de despedir a un grupo numeroso de trabajadores (generalmente por causas económicas) estamos ante un despido colectivo. Este tipo de despido requiere la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que debe ser aprobado por las autoridades laborales.

  1. Despido improcedente.

El despido improcedente es un tipo de despido que ocurre cuando la empresa no justifica adecuadamente el motivo del despido o no sigue el procedimiento legal correcto. Si un juez determina que tu despido fue improcedente, puedes reclamar tu readmisión en el trabajo o una indemnización.

¿Cómo podemos luchar ante un despido injusto?

Si piensas que tu despido es injustificado, lo siguiente que debes hacer es consultar con un abogado laboralista, según nos indican los expertos de Abogados en Santander. Este profesional te ayudará a analizar las circunstancias específicas de tu caso y te guiará en el proceso de reclamación.

Uno de los primeros pasos al recibir un despido es prestar atención a la documentación que te entregan; no firmes nada sin leerlo detenidamente y asegúrate de dejar constancia por escrito si no estás de acuerdo con las razones del despido.

A continuación, encontrarás algunos aspectos importantes que debes tener en cuenta:

  • Finiquito.

Este documento refleja las cantidades que la empresa te debe en concepto de salario pendiente, vacaciones no disfrutadas, pagas extraordinarias, etc. Revísalo bien antes de firmar.

  • Plazo para reclamar.

Tienes 20 días hábiles desde el día siguiente al despido para presentar una reclamación. Este plazo es corto, así que actuar con rapidez es esencial. Si lo dejas pasar, podrías perder la oportunidad de impugnar el despido.

  • Carta de despido.

La carta debe incluir claramente los motivos del despido. Si no te entregan una, ya sea física o por otros medios legales, el despido puede considerarse improcedente, lo cual podría jugar a tu favor en una reclamación.

Indemnización: ¿Cuánto te corresponde?

Si el despido es considerado objetivo o improcedente, tienes derecho a una indemnización.

El cálculo de esta indemnización depende de varios factores, como la antigüedad en la empresa, el tipo de contrato que tenías y el salario que percibías.

Aquí te explicamos cómo se calcula:

  • Indemnización por despido objetivo.

Para este tipo de despido, la ley establece una indemnización de 20 días por año trabajado, con un límite de 12 mensualidades. Por ejemplo, si llevabas 5 años trabajando en la empresa, recibirías una compensación equivalente a 100 días de salario.

  • Indemnización por despido improcedente.

Si un juez declara que tu despido no es válido, la indemnización sube a 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Esta cifra se aplica a los contratos firmados después del 12 de febrero de 2012. Para los contratos anteriores a esa fecha, la indemnización sería de 45 días por año trabajado hasta la reforma laboral, y de 33 días a partir de entonces.

Recuerda que la empresa debe pagarte la indemnización junto con el finiquito, a menos que llegues a un acuerdo distinto o decidas reclamar judicialmente. Si no te pagan lo que te corresponde, puedes presentar una demanda ante los tribunales.

No te olvides de tu derecho a paro.

Si el despido es inevitable y no puedes recuperar tu puesto, una opción es solicitar la prestación por desempleo, más conocida como paro. Para tener derecho a esta prestación, debes haber cotizado al menos 360 días en los últimos 6 años.

El tiempo que podrás recibir el paro dependerá del periodo que hayas cotizado:

– De 360 a 539 días cotizados: 120 días de paro.

– De 540 a 719 días cotizados: 180 días de paro.

– De 720 a 899 días cotizados: 240 días de paro.

El importe de la prestación también cambia según tu base de cotización, es decir, el salario sobre el que has estado cotizando a la Seguridad Social. Durante los primeros seis meses, recibirás el 70% de tu base reguladora, y a partir del séptimo mes, este porcentaje baja al 50%. Así que asegúrate de tenerlo en cuenta al planificar tus finanzas.

Si tienes derecho a cobrar el paro, es importante que lo solicites dentro de los 15 días hábiles posteriores al despido. Para hacerlo, debes acudir a las oficinas del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) o realizar la solicitud de forma online.

El despido no es el final; recuerda plantearte otras opciones.

Aunque esté mal visto, un despido puede ser una oportunidad para replantear tu carrera profesional y explorar nuevas vías. En lugar de verlo como una derrota, muchas personas han aprovechado esta situación para mejorar su formación, cambiar de sector o incluso montar su propio negocio.

Mientras estás en una situación de desempleo, opta por hacer otras cosas como:

  • Seguir formándote.

Existen cursos subvencionados por el Estado o las comunidades autónomas para personas en situación de desempleo. Puedes aprovechar esta ayuda para aprender nuevas habilidades, obtener certificaciones o mejorar tu currículum. Además, muchas empresas valoran la formación continua, por lo que mejorar tus competencias te permitirá acceder a mejores oportunidades laborales en el futuro.

  • Emprender.

Si siempre has soñado con tener tu propio negocio, un despido puede ser el impulso que necesitas para dar el salto. El SEPE ofrece ayudas y subvenciones para emprendedores, y también puedes solicitar el pago único del paro si decides montar una empresa. Este pago consiste en recibir de golpe el importe de tu prestación por desempleo para invertirlo en tu nuevo proyecto empresarial. Además, hay múltiples recursos y programas de acompañamiento para emprendedores que te ayudarán en las primeras etapas de tu negocio.

  • Haz networking.

Aprovecha este momento para fortalecer tu red de contactos. Participa en eventos, ferias o seminarios relacionados con tu sector. Las plataformas profesionales como LinkedIn también son un buen lugar para descubrir oportunidades y conectar con personas influyentes. La búsqueda de empleo no tiene por qué ser solitaria; contar con el apoyo de colegas y conocidos puede abrirte puertas inesperadas.

Cuenta siempre con apoyo emocional y legal.

Perder el empleo puede provocar que te sientas frustrado, ansioso e incluso desesperanzado, y por ello, es importante que no lo enfrentes solo. Hay profesionales y recursos que pueden ofrecerte apoyo tanto emocional como legal:

  • Asesoría legal.

Los abogados laboralistas son una pieza clave para proteger tus derechos. No dudes en acudir a ellos si sientes que el despido ha sido injusto. Ellos te guiarán en todo el proceso, desde la reclamación hasta las posibles indemnizaciones que puedas obtener.

  • Apoyo psicológico.

Si te sientes abrumado por la situación, buscar apoyo psicológico puede ayudarte a manejar el estrés y encontrar claridad en este momento difícil. Hay servicios gratuitos y organizaciones que ofrecen ayuda a personas en situación de desempleo. En muchas ciudades, los colegios oficiales de psicólogos tienen programas especializados para ayudar a quienes enfrentan un despido.

  • Grupos de apoyo.

Por último, también puedes encontrar redes de personas en situación similar a la tuya. Existen grupos de apoyo tanto presenciales como online donde puedes compartir experiencias, consejos y ánimos con quienes entienden por lo que estás pasando.

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