Misión, conservar la dentición

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Lo más común, es acudir al dentista a que nos saque algo más que el dinero. Una muela o algún tratamiento que necesitamos sin tener clara conciencia de ello. Rara es la vez que acudes al dentista porque te duele una muela o te has visto una caries y te saca unos cuantos problemas a tratar.

En muchas ocasiones, no puedes realizarte el tratamiento debido al presupuesto. Todos sabemos que no es económico. Lucir la sonrisa, cuesta. Cuanto más lo dejas, más caro te va a salir. No solo por lo económico, más molestias, más problemas como infecciones etc.

Por eso hemos hablado con los profesionales de la Clínica Odonthos. Amablemente nos han explicado que hay una rama de la odontología que se encarga de prevenir y conservar la dentadura natural. Con los tratamientos preventivos y la odontología reparadora, puedes mantener tu dentadura como nueva sin necesidad de llegar a los costosos y molestos implantes.

Más vale prevenir

Ya lo decía el dicho, más vale prevenir que curar. Irrefutable verdad que incluso los dentistas tienen claro. No hay que confundirse, lo mejor es prevenir enfermedades bucales, no repararlas. Pero como se trata de algo inevitable en muchas ocasiones, si llega el problema, habrá una solución.

Primero hablemos de prevención. Si evitamos visitas al dentista, mejor que mejor y si las visitas son solo para certificar que hemos prevenido bien, doblemente mejor.

Teniendo en cuenta el punto en el que se encuentre la posible afección, podemos distinguir en tres métodos de actuación preventiva.

Primeramente (prevención primaria), cuando realmente no existe problema alguno y se anticipan medidas encaminadas a la reducción de las posibilidades de que exista una enfermedad bucal. En esta circunstancia se toman las medidas sobre una sola persona o colectividad para evitar la aparición de una enfermedad bucal. Un ejemplo del tipo de medidas primarias es la fluoracíon del agua potable. Esta medida, alcanza a toda la población y ayuda en la prevención de la caries.

En segundo lugar (prevención secundaria), si falla la primera medida preventiva, y todos sabemos que falla a menudo, la aparición de la enfermedad bucal es inminente. En este caso, hay que centrarse en interrumpir esa afección. Una segunda fase preventiva personalizada y concreta, basada en diagnósticos y tratamientos precoces que anulen la enfermedad antes de que vaya a más. El objetivo es poner a raya la enfermedad y controlarla hasta que desaparezca. Una gingivitis o una pequeña caries por ejemplo, pueden tratarse para que no acabes sin tu diente o con las encías destrozadas.

Cuando esto falla y nos encontramos ante un tercer escenario, la medida preventiva terciaria consiste en limitar el alcance de la lesión todo lo posible. La enfermedad se ha establecido, por tanto lo que hay que conseguir es minimizar los daños y evitar mayores complicaciones.

Dentro de las técnicas de prevención que recomiendan los expertos en salud dental para proteger los dientes, encontramos las ya sabidas pero que no esta de más recordar:

– Mantener una buena higiene dental diaria, cepillado tres veces al día, hilo dental y enjuague.

– Una buena alimentación, variada, rica en vegetales y pobre en azúcares. Incluir en la dieta un buen aporte de calcio es más que beneficioso para los dientes.

– Cuidarse de los malos hábitos como el alcohol o el tabaco que favorecen la aparición de bacterias en la cavidad oral.

– Para aquellos que aman el deporte de contacto, no olvidad protegerse los dientes con un protector, estándar o a medida. Con este pequeño detalle, puedes evitar lesiones graves en tu dentadura.

Estas son las medidas básicas que cada uno puede y debe, mantener a diario. El cuidado personal es responsabilidad individual. En cuanto a los tratamientos de prevención que ofrecen los odontólogos, encontramos tres:

– La limpieza bucal, conocida por todos. Esta técnica poco invasiva, sencilla e indolora, se lleva a cabo en la clínica y consiste en la eliminación del sarro y las manchas existentes.

– Ortodoncia para colocar los dientes. Antiguamente destinada a jóvenes y niños que tenían sus dientes apiñados. Actualmente, este tratamiento se recomienda a todos aquellos cuya posición de los dientes no permita una buena masticación o limpieza.

Sellantes dentales, se aplican generalmente a los niños. Con ello se reducen las apariciones de caries ya que protegen los dientes y encías de forma eficaz contra las bacterias y los alimentos que producen la caries.

Otra herramienta preventiva es acudir al dentista de forma periódica para comprobar que todo está correcto y actuar con determinación si se encuentra un problema.

Restaurar y conservar antes que sacar

Para evitar la extracción de las piezas y que luego haya que recurrir a otros tratamientos más invasivos para poder tener dientes, contamos con la odontología restauradora.

Este campo de la odontología, se centra en la recuperación del diente. Dependiendo del daño causado, se realizaran las obturaciones (vulgarmente conocidas como empastes) sencillas o complejas. Para ello se utilizan materiales como el composite que devuelve al paciente la forma, color y textura de su diente.

La realización de este tratamiento se lleva a cabo previa anestesia. Cuando la zona a tratar se encuentra anestesiada, se procede a eliminar la caries. Se hace de forma que no quede absolutamente nada de dentina afectada. Posteriormente se aplica un agente antimicrobiano y desinfectante.

Tras aislar el diente para evitar que se contamine con la propia saliva, se aplica un ácido fosfórico que posibilite la adhesión de las siguientes partes del tratamiento. El acondicionador de dentina, sellara los túbulos y se aplicará calor con una luz para que seque.

Una vez seco, se aplicará el composite, capa a capa hasta que la pieza quede modelada. Terminado la forma de procederá a comprobar que la dentadura mantiene una buena oclusión y se pulirá.

Cuando la pieza se ha destruido notablemente e incluso ha sido necesario practicar una endodoncia, la opción es reconstruir la pieza. Se coloca un poste dentro del orificio donde estaba el nervio para que los materiales utilizados en dar forma al diente se adhieran mejor.

Otra técnica de conservación es la implantación de Inlays/Onlays o incrustaciones. Estas reconstrucciones se llevan a cabo en laboratorios de prótesis. Se hacen a la medida exacta de la parte que falta de la pieza. Inlays son los que se utilizan para cubrir partes más pequeñas y Onlays, los que se encargan de partes más grandes.

Este tratamiento es mucho más conservador que poner una corona puesto que no se reemplaza la pieza entera. Simplemente se coloca la parte que falta.

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