Lotería y probabilidad

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Lotería, la palabra en si ya entraña cierto deje de superstición arraigado a la suerte. Es común utilizar expresiones como “me ha tocado la lotería”, o “me ha tocado el premio gordo”, cuando te sucede algo positivo. Del mismo modo, cuando conseguir algo nos resulta imposible, también es fácil encontrarnos con expresiones como “eso es como si me tocara la lotería”. Al hacer uso de este tipo de expresiones, dejamos claro lo difícil que es acertar los números que dan el premio mayor en cualquier sorteo.

Sabiendo la dificultad que entraña en si participar en los sorteos, albergamos igualmente una extraña ilusión y creencia de que puede tocarnos el premio y cambiarnos la vida. De hecho, toca. No es una utopía ni un sueño imposible. Cada día se llevan a cabo incontables sorteos relacionados con la lotería y cada día, existen nuevos afortunados que ven premiada devoción a los juegos de azar. Porque a fin de cuentas, son juegos de azar en los que el factor suerte, juega un papel fundamental.

Desde Lotería la Piedad, nos hablan de como sus clientes, acuden a diario cargados de esperanza y pidiendo un número que lleve premio o jugando siempre a los mismos. La suerte acecha y nunca se sabe por donde puede pasar. Los juegos en los que se pueden participar han ido en aumento a lo largo de los años: desde la Lotería Nacional que nos llena de ilusión con su sorteo especial de navidad cada año, entre muchos otros, hasta la Bono Loto diaria que ahora cuenta con sorteos todos los días, pasando por la quiniela y sin olvidarnos de los otros tantos juegos que ofrece la ONCE.

Quien más y quien menos, ha probado suerte alguna vez. Con total seguridad, a la gran mayoría les ha tocado alguna vez, aunque sea el reintegro, ese premio de consolación con el que puedes contentarte por no haber perdido lo jugado, pero que te vuelves a jugar y al final, pierdes. Así es la lotería… una lotería.

Los españoles somos muy aficionados a los juegos de lotería, eso no es ningún misterio ni ninguna novedad. El balance económico de Loterías y Apuestas del Estado es siempre en su favor, por muchos premios que entregue. La verdad es que se trata de un negocio seguro, sobre todo para el Estado que llena sus arcas gracias a la afición del pueblo español por este tipo de juegos. Pese a las crisis económicas que nos persiguen continuamente, las ventas aumentan cada año, en lugar de decaer. No en vano, para muchos, irónicamente, es su única esperanza de tener una vida mejor: que le toque un premio de la lotería.

Entre la ilusión de todos los días que nos aporta la ONCE y el de ilusión también se vive que nos contenta tontamente, caemos en la tentación de invertir en juegos de azar. Es entonces cuando las matemáticas vienen a abrirnos los ojos y nos dicen que la estadística está ahí, mostrándonos claramente las probabilidades existentes de que te toque el premio.

Hablemos de probabilidades

De ser el ser humano un poquito menos vago y ligeramente más avezado, se podrían aumentar las posibilidades de que te toque un premio de lotería. Programar las apuestas en función de probabilidades es algo factible, aunque laborioso. Requiere tiempo, dedicación y un análisis constate de los índices relativos a cada uno de los sorteos existentes o quizá, solo al que a cada uno le interese. Según expertos que ya han hecho parte de este trabajo, las probabilidades de tener suerte y ganar un sorteo son las siguientes:

  • Para la Lotería Nacional, en el sorteo de los jueves existe una probabilidad entre seiscientos mil, en tanto que en la de Navidad, aumenta a uno entre cien mil.
  • El segundo de los juegos en los que más probabilidad existe de ganar es la Quiniela, la probabilidad en este caso, se aleja notablemente: uno entre cinco millones.
  • La suerte para ganar la Primitiva tiene que sentarse a tu lado y susurrarte los números para ser es uno entre catorce millones. El cuponazo de la ONCE, le sigue de cerca, la probabilidad de que te toque es de uno entre quince millones.
  • En último lugar, el Gordo de la Primitiva, puede haber un afortunado entre treinta y un millones, nada comparado con los Euromillones que cuenta con una probabilidad de uno entre setenta y seis millones.

Es difícil pero no imposible… aunque los que manejan los sorteos, son los que más probabilidades tienen de ganar, no el premio, pero si dinero a costa de los jugadores.

No hemos puesto todos los juegos existentes ya que basta con los más relevantes para hacernos una ligera idea de como funciona el tema. Teniendo en cuenta que las probabilidades de las loterías por si misma, resultan irrelevantes, hay que saber que lo que importa es la esperanza matemática del juego en cuestión. Cualquier juego real de apuestas tiene una esperanza inferior a uno, por lo que lo más probable, es perder dinero.

Que es eso de la esperanza matemática

La definición fácil es que la esperanza matemática es la relación existente entre el premio obtenido y la probabilidad de acertar. Lo importante es si el premio, multiplicado por la probabilidad (en una escala de cero a uno) es mayor o menor que el costo del juego. Ninguno de los juegos de lotería cumple esta lógica matemática.

En términos matemáticos, en este caso, un valor para la esperanza matemática de uno, indica juego justo, un valor inferior a uno, indica desfavorable para el jugador y superior a uno, favorable. Formalmente hablando, el cero suele ser el valor del juego justo y los valores negativos o positivos, indican si es favorable o desfavorable para el jugador.

Para un caso en que la esperanza matemática es uno, el juego es justo. Un ejemplo es apostar un euro a cara o cruz. El premio por acertar es de dos euros, y si se pierde, cero. La esperanza de juego es uno/dos, que es igual a uno.

En el supuesto de que la esperanza matemática sea inferior a uno, el juego es desfavorable para el jugador. Un sorteo que pague quinientos euros a uno, pero en el que la probabilidad de acertar es de una entre mil queda en una esperanza matemática de quinientos x uno entre mil, igual a cero coma cinco. Inferior a uno.

Cuando la esperanza matemática es mayor que uno, el juego es favorable para el jugador. Todo un chollo de esos que no existen. Por ejemplo, un juego en el que se pagan diez euros por cada euro invertido por acertar el número de un dado en donde la probabilidad de acertar es de uno entre seis. El valor de la esperanza matemática es de diez x uno entre seis, el resultado es uno coma sesenta y siete, mayor de uno y por tanto beneficioso para el jugador.

La esperanza matemática es un valor importante que hay que conocer para determinar la probabilidad de cualquier tipo de premio, en función de su dificultad y para cada sorteo en particular.

Como ejemplos pongamos la Primitiva y los Euromillones, donde el promedio de esperanza matemática es en el primer caso de cero coma cincuenta y cinco y en el segundo de cero coma cinco. Esto se corresponde a la cantidad de dinero que se devuelve en premios: un cincuenta y cinco y cincuenta por cien del total recaudado. Esta parte de la recaudación está destinada a los premios y por tanto, siempre se devuelve, sabiendo que cuando no hay acertantes, se acumula en el codiciado bote.

El reparto de los premios se hace de modo que la recaudación, excepto el pellizquito que se lleva el estado (cuarenta y cinco por cien), se reparte en diversas categorías de acertantes: de mayor a menor número de aciertos y premiso menores como el reintegro. Este sistema, marca diferencias entre la esperanza matemática dentro de cada categoría, siendo la más alta la del reintegro que es un cero coma uno.

En resumen, los cálculos son sencillos de hacer, aunque se pueden ver complicados por la modificación de las reglas y los premios que van surgiendo. Esto indica que las matemáticas pueden ayudarnos a determinar si es factible jugar a un sorteo en particular en un momento en concreto. A parte de este tipo de cálculos, existen otro tipo de estadísticas que se pueden consultar o incluso realizar, con otro tipo de variables a tener en cuenta para intentar acertar los números que van a salir del bombo. Al menos, las probabilidades están ahí. Aunque la realidad nos dice que cualquier juego real de apuestas cuenta con una esperanza matemática inferior a uno, con lo cual, lo más probable, es perder dinero salvo que seas es uno entre los miles o millones de apostantes, con la gracia y la fortuna de tu lado.

La razón por la que se sigue participando en este tipo de juegos, aun sabiendo que las probabilidades de ganar están totalmente en tu contra, es que la pérdida de dinero, es pequeña teniendo en cuenta que, de ganar, el premio es de órdago.

 

 

 

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