La lectura, un pilar básico pero al que no dedicamos el tiempo necesario

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Una de las preocupaciones más fundadas que tenemos en nuestra sociedad es la percepción de que cada vez leemos menos. Ya sea por falta de tiempo, de ganas o de interés, parece claro que leer una novela, un artículo periodístico o una simple noticia no está entre nuestras prioridades. Los estudios del CIS revelan que la falta de lectura no está nunca entre las mayores preocupaciones de los ciudadanos. Y eso implica problemas. Problemas que tenemos que solventar cuanto antes, porque una sociedad que no lee es una sociedad que no progresa.

Lo que a muchos nos ha preocupado durante mucho tiempo en lo relativo a este tema es la falta de lectura que parecía darse entre los niños. Está claro que es imprescindible que los niños lean para que se den cuenta del mundo en el que viven. Es una condición ineludible para tratar de mejorar personalmente y labrarse un futuro profesional atractivo. Es algo que los padres y las madres nos tenemos que poner por norma y que tenemos que inculcar a las generaciones venideras.

Nos ha preocupado mucho, como decíamos, el volumen de lectura de los más pequeños. Pero los datos se están encargando de demostrarnos exactamente lo contrario. Y es que a los niños sí les gusta leer, tal y como apuntaba un artículo publicado en el diario El País, que informaba de que este es el grupo de población que más relación guarda con un elemento tan importante para la sociedad actual como lo es la lectura. Desde luego, este dato es como para estar orgullosos de nuestros menores y como para plantearse una autocrítica por parte de los adultos.

Otro artículo, en este caso publicado en El Cultural, ponía más datos sobre la mesa. Resulta que, en efecto, el grupo de población que más lee es el que llega hasta los 13 años. Dentro de ese grupo, el 73’6% de los muchachos y muchachas lee de manera diaria o semanal, mientras que el 17’6% lee al menos una vez al mes. Son datos que nos animan y que nos hacen pensar que tenemos un gran futuro por delante. Y, desde luego, es algo que nos debe servir a los adultos para comprender qué está pasando en nuestra sociedad.

Los niños y niñas son la honrosa excepción al dicho de que, en España, tenemos ciertas dificultades para leer. Es algo acerca de lo que hemos hablado recientemente con una entidad como lo es Ediciones Aljibe, una editorial dedicada a asuntos como lo son la sociología, la psicología o la pedagogía. Lo que nos han comentado sus profesionales es que la falta de tiempo y el estrés que provoca el trabajo es lo que ocasiona que sean los niños, quienes tienen más tiempo libre, los que tiren del carro en este asunto.

Un problema más grave de lo que parece

El problema del que estamos hablando es bastante más grave de lo que parece y pone de manifiesto que, en nuestro país, tenemos una carencia en lo que tiene que ver con la compaginación de la vida privada con la profesional. Este es uno de los asuntos que más dificulta el hecho de encontrar el momento oportuno para leer. En otras palabras, no es que a los españoles y a las españolas no nos guste leer, es que no encontramos la oportunidad de hacerlo. Y ese es un perjuicio bastante gordo para nuestra cultura.

Un artículo publicado en el diario El Mundo aseguraba que, en 2017, los españoles leíamos más pero peor. Quizá podáis pensar que esto tira por tierra el argumento de la falta de tiempo, pero en realidad no es así. El problema que tenemos en España es que estamos tan pendientes del reloj que solemos tirar por leer contenidos de peor calidad y que se consumen de una manera más rápida. Contenidos que, en definitiva, no entran tanto en detalle como los que se publican en los grandes artículos periodísticos o las grandes novelas, las que marcan época.

La lectura es siempre una buena noticia y la mejor manera de que el ser humano conozca lo que hay a su alrededor. Por eso no podemos rechazarla aunque nuestro tiempo sea limitado. Siempre saldremos ganando con su existencia. Es la mejor manera de que el ser humano garantice su libertad. Desde luego, no hay nada que nos la haga tener tanto como la lectura. Cuidarla será siempre sinónimo de cuidar de nosotros mismos y de todas aquellas personas a las que queremos.

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