El 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia, una enfermedad que afecta especialmente a mujeres de entre 20 y 50 años. La fibromialgia es un trastorno caracterizado por un cuadro de dolor musculoesquelético crónico. La Sociedad Española de Reumatología explica que esta enfermedad «pertenece a los trastornos de sensibilización central, por lo que representa alteraciones sensitivas y emocionales en áreas cerebrales que deberían regular estas sensaciones».
Este dolor generalizado suele ser intenso y se localiza en los músculos y en las áreas que rodean a la inserción de tendones y tejidos blandos adyacentes. Aunque esta patología afecta en mayor medida a las mujeres, también puede aparecer en hombres, niños y adolescentes.
La fibromialgia es una de las enfermedades reumatológicas más frecuentes. La doctora Susana Gerechter Fernández, jefa de servicio de Reumatología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, informa que “los resultados de algunas pruebas, como las radiografías o análisis de sangre, son aparentemente normales, por lo que el médico especialista debe determinar la presencia de la fibromialgia valorando la sintomatología del paciente. En esta línea, se debe descartar la presencia de otras enfermedades que pudieran causar el dolor, y realizarse una completa exploración física en la que se pueda detectar la presencia, o no, de puntos sensibles dolorosos a la presión”.
Las personas que sufren esta enfermedad pueden realizar ejercicio moderado y progresivo. Mayte Serrat, fisioterapeuta y psicóloga en la Unitat d’Expertesa en Síndromes de Sensibilització Central en el Hospital Vall d’Hebron y tesorera del Col.legi de Fisioterapeutes de Catalunya, recomienda un programa que incluya ejercicio aeróbico, de fuerza y de flexibilidad.
Serrat explica que respecto a los ejercicios de fuerza muscular, “los pacientes que los realizan refieren una mejoría en la fatiga, el humor y el sueño”.
Muchos estudios científicos han comprobado que el ejercicio físico puede reducir el dolor y mejorar el estado de ánimo de los pacientes con fibromialgia.
El fisioterapeuta de burgos Ivan Bragado Ausín , nos informa que la fisioterapia puede llegar a ser muy eficaz en el tratamiento de la fibromialgia, porque aumenta la flexibilidad muscular y promueve la relajación. «Las sesiones deben ser personalizadas y puede realizarse de 2 a 4 veces por semana. El especialista utilizará dispositivos de electroterapia, para relajar puntos dolorosos y mejorar la circulación. Los pacientes también pueden realizar los ejercicios de relajación y movilidad para reducir el dolor, la tensión muscular y mejorar la flexibilidad».
Causas
Los especialistas creen que la estimulación nerviosa repetida provoca cambios en el cerebro y en la médula espinal, por lo que este cambio está relacionado con un aumento anormal de los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro que transmiten señales de dolor.
Las causas que llevan a esta enfermedad son:
–Genética: La fibromialgia suele ser hereditaria.
–Infecciones: Algunas enfermedades parecen desencadenar la fibromialgia.
–Sucesos físicos o emocionales: Muchos estudios científicos han comprobado que la fibromialgia puede desencadenarse por un suceso físico o por estrés psicológico prolongado.
¿Cuáles son los síntomas de la fibromialgia?
Los principales síntomas de la fibromialgia son:
-Rigidez muscular.
-Sensación de fatiga.
-Dolor permanente en zonas determinadas.
-Espasmos musculares.
-Aumento de la sensibilidad del dolor.
– Entumecimiento y hormigueo de manos y pies.
– Incremento de dolores de cabeza o cara.
-Cansancio y alteraciones del sueño.
-Síndrome de intestino irritable.
-Mareos y ansiedad.
-Aumento de sensibilidad perceptual (olores, ruidos, luces).
-Depresión.
-Problemas de concentración y memoria.
Beneficios de tratar el dolor con neuroestimulación
Investigadores de Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Valencia, junto con otra investigadora de la Universitat de València (UV), han determinado que la neuroestimulación eléctrica transcutánea puede reducir el dolor crónico en pacientes con fibromialgia.
Más conocida como TENS por sus siglas en inglés. Juan José Amer, profesor de Fisioterapia de la CEU UCH e investigador principal de este estudio, ha explicado que «la TENS consiste en aplicar pequeños impulsos eléctricos de baja intensidad con un dispositivo de uso doméstico, para estimular nervios periféricos a través de electrodos colocados en la piel y, con ello, activar los poderosos mecanismos analgésicos propios de los que dispone nuestro sistema nervioso central (médula y cerebro)».
El estudio revela que la intensidad alta ha sido la más eficaz para reducir el dolor, es decir, una frecuencia entre 100 y 200 Hz, o con una frecuencia mixta, combinando entre baja y alta frecuencia dentro de la misma sesión de tratamiento.
«Aliviar la sintomatología en las personas que padecen fibromialgia con la introducción de técnicas no farmacológicas eficaces frente al dolor es esencial para mejorar su calidad de vida. El uso autónomo de un aparato de TENS, con las adecuadas indicaciones de intensidad, frecuencia, localización y número de sesiones que hemos identificado, garantizan su eficacia», dice Amer.