La Feria de Abril atractivo sevillano para conocer la ciudad

shutterstock_406687882(FILEminimizer)

Acabamos de dejar atrás la Semana Santa y el mes de Abril y empieza la feria de Sevilla. Conocida como la feria de Abril de Sevilla a nivel internacional, se encuentra declarada como  Fiesta de Interés Turístico Internacional. Los sevillanos están de enhorabuena, empieza su semana grande y con ella el pistoletazo de salida de todas las fiestas que continúan tras ésta en toda Andalucía.

Viajar a Sevilla en cualquier momento del año es un atractivo para cualquier persona, conocer la ciudad hispalense es un placer del que los sevillanos pueden enorgullecerse, y con razón, la ciudad tiene una serie de encantos que no se pueden dejar de obviar como la Plaza de España, La Giralda, el Parque de María Luisa, la Torre del Oro…pinceladas de lo que significa su patrimonio para la cultura española. Si lo que queremos es disfrutar de la oferta cultural y patrimonial lo tendremos a mano hospedándonos en el Mercer Hotel Casa Palacio Castelar, bien cerquita de la Maestranza, la Catedral, la Giralda, el Puente de Isabel II, la Torre del Oro, el Archivo General de Indias, el Real Alcázar…Se trata de un hotel de lujo de 5 estrellas, un palacete del siglo XIX en pleno centro de Sevilla del que se ha conservado la estructura original en torno a su patio típicamente andaluz.

Nadie que se precie en nuestro país debería dejar de visitar la ciudad sevillana alguna vez en su vida, se trata de una ciudad con un clima estupendo, con unas gentes cercanas y volcadas al turismo. Si hay que destacar la oferta patrimonial, tanto a nivel arquitectónico como arqueológico, cultural, la oferta gastronómica no se queda atrás. Entre los platos típicos que podemos encontrar en los bares y restaurantes sevillanos destacan: gazpacho andaluz, el pescaíto frito, cazón en adobo, los soldaditos de Pavía, huevos a la flamenca, bacalao con tomate, rabo de toro, pincho moruno, caracoles, huevas aliñás, el serranito, los chipirones a la plancha, la pringá, espinacas con garbanzos, papas aliñás, montaditos y cocido andaluz.

La feria de Abril atrae a miles a turistas a diario

Si nos planteamos viajar a la ciudad hispalense, si bien es cierto que cualquier momento del año está muy bien debido al clima del que disfrutan los sevillanos, un buen momento, más que bueno, ideal, son los meses de abril y mayo aprovechando la primavera antes de que llegue los rigores del verano andaluz y coincidiendo con la famosísima feria de Abril.

Los orígenes de la Feria de Abril se remontan al carácter mercantil para la compra y venta de ganado a mediados del siglo XIX. Con los años fue derivando en uno de los mayores y más relevantes festejos de la ciudad convirtiéndose en una gran fiesta social que hoy en día se instala en un recinto de 1.200.000 m2 divididos en tres zonas: La Calle del Infierno (un parque de atracciones), El Real de la Feria con quince calles con nombres de toreros, y por último los aparcamientos.

Tradicionalmente la feria de Sevilla se celebra con al menos una semana de separación con la Semana Santa lo que en muchas ocasiones provoca que se celebre en el mes de Mayo en lugar de en el mes que le da el nombre a la Feria de Abril. La Feria empieza un sábado por la noche, justo a las doce con el famoso alumbrado de su portada con miles de bombillas y farolillos y finaliza a las doce de la noche del sábado siguiente con un espectáculo de fuegos artificiales junto al Guadalquivir. Ningún sevillano que se precie, de origen, espíritu o corazón dejará pasar la oportunidad de disfrutar de unos días de trajes de flamenca, baile, flamenco, señorío, caballistas, amazonas, paseos de caballo y carruajes majestuosos.

Volviendo a la gastronomía sevillana es típico el pescaíto en la noche del alumbrado. El resto de días se suele servir en las casetas tapas tradicionales de la ciudad como el jamón ibérico, el queso y chacinas, marisco y tortilla de patatas. Para el mediodía es costumbre el guiso como el de papas con chochos, los garbanzos de bacalao y la caldereta entre otros. Todos estos manjares se acompañan mayoritariamente con vinos blancos como el fino de Jerez de la Frontera, la manzanilla de Salúcar y por supuesto el rebujito (manzanilla con hielo y seven up o sprite).

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest