Toda persona que se convierte en emprendedora tiene como principal misión conseguir que su negocio sea rentable y que genere, por tanto, unos beneficios que son los que van a permitir alargar la vida del mismo y hacer vivir de ello a todas las personas que trabajan para dicha sociedad. Sin embargo, las maneras de conseguir ese propósito pueden ser muchas, aunque no todas implican necesariamente ventajas para la reputación de la empresa. Hacer las cosas bien no equivale a hacerlas de cualquier manera y, si obtenemos rentabilidad pero no cuidamos de nuestros procesos, es posible que eso se convierta en ruina más pronto que tarde. Los ejemplos se cuentan por miles solo en España.
La mejor manera de conseguir la rentabilidad en una empresa, y que esa rentabilidad se mantenga con el paso de cada ejercicio económico es una apuesta firme e innegociable por la calidad. Y no solo hablamos de mantener esa rentabilidad. Según el portal web Pymes y Autónomos, la calidad en nuestros productos, en nuestros servicios o en nuestros procesos puede hacer que aumente esa rentabilidad. La calidad es algo que nos va a posicionar entre los clientes y que va a hacer posible que nuestro nombre sea intachable y sinónimo de lo mejor.
En los párrafos que siguen, vamos a hablar de un aspecto concreto que es el de la vid en España y su relación con la calidad. El vino español siempre ha sido considerado como uno de los mejores del mundo. Sin embargo, es cierto que parece que, en términos globales, los franceses nos han llevado la delantera, quizá también aupados por un marketing que en España no hemos sabido realizar del mismo modo que nuestros vecinos. Para cambiar las cosas y darle la vuelta a la tortilla, la inversión en calidad se antoja como algo necesario entre los productores vinícolas españoles.
¿Cómo hacer que mejore todavía más la calidad del vino en España y que, de este modo, nos podemos convertir en la referencia mundial en la materia por delante de Francia? El secreto está en la propia planta, en la vid. Desde Plantvid nos han indicado que son muchos los productores españoles los que han decidido acometer una inversión en nuevas vides de más calidad en los últimos años, lo que explica que el vino de este país cada día esté considerado por más gente como un caldo mejor que el de nuestros vecinos franceses.
Este es el camino que debemos seguir sin ninguna duda para posicionar a nuestro país en lo más alto en lo que respecta a un asunto como del que estamos hablando. En ese sentido, estamos realizando un gran trabajo, un trabajo que sin duda ejemplifica cómo la apuesta por la calidad termina siendo relevante para la mejora de la rentabilidad. Porque una cosa está clara: hacer que los vinos españoles sean de más calidad que los franceses hará posible que la rentabilidad de las empresas ligadas a la producción de vino en nuestro país crezca.
¿Afecta que haya cada vez menos superficie de cultivo de vid en España?
Desde hace algún tiempo, se está reduciendo la superficie de viñedos en nuestro país. Según una noticia que hemos analizado y que fue publicada por el portal web Agronews Castilla y León, dicha superficie decreció en el país un 0’9% en el año 2021, lo que implicaba la pérdida de 8.478 hectáreas. En total, el número de hectáreas que existían en España en aquel momento se situaba por encima de las 941.000, que sigue siendo una buena cifra teniendo en cuenta, sobre todo, que España no es el país más grande del mundo ni mucho menos.
¿Es esto preocupante? Desde nuestro punto de vista, no. ¿Por qué? Porque más vale menos producción pero de más calidad, que una producción muy grande que no se identifique con esa calidad. Ya hemos dicho que todo lo que tenga que ver con esa calidad termina generando una mayor rentabilidad. Por tanto, y para que el sector vinícola funcione, es necesario ir adquiriendo todos esos elementos que hagan de nuestro vino el mejor posible. Y está claro que el tipo de vid con el que cuenten nuestros campos es fundamental para ello.
España siempre ha sido una tierra en la que el vino ha formado parte de una gastronomía que, sin duda, es de las mejores del mundo. Hacer que la calidad de ese vino sea todavía mejor es la manera idónea para seguir haciendo posible que nuestro país sea una referencia en lo que a su comida y bebida se refiere. Eso genera interés entre personas que, al final, terminan visitando nuestra tierra por esta y otras razones. El vino forma parte de nuestro patrimonio y, si el primero es el mejor, el segundo también adquirirá argumentos para ser el mejor.
