La cocina siempre es el punto focal de los hogares, los buenos momentos familiares suelen estar conectados con comidas y celebraciones en los que disfrutamos no solo de la compañía de nuestros seres queridos, sino también de diferentes sabores que cada persona trae a la mesa.
Por ello, cocinar no es solamente una obligación que debemos cumplir pues es indiscutible que nuestro cuerpo necesita alimento, sino una manera de demostrar afecto, de relajarnos, de aliviar el estrés y de cuidarnos a nosotros mismos logrando una alimentación balanceada y sana. La preparación de alimentos, nos puede funcionar para desconectar de los problemas de una forma divertida y agradable, pues no solamente estimula los sentidos, sino que al finalizar, tenemos algo que disfrutar, lo que nos genera una sensación de logro o de meta alcanzada.
Existen muchos beneficios a nivel de salud mental del uso de la cocina como una herramienta terapéutica, por lo que nos tomaremos un tiempo para adentrarnos en el tema, por ello contamos con el apoyo de HIDA, quienes cuentan con más de 50 años en la producción de alimentos, y que nos ayudarán a comprender los beneficios de la cocina en la salud mental.
La Cocinoterapia
La cocinoterapia es una técnica que ayuda a combatir el estrés del trabajo, y los problemas del día a día, mediante el proceso de la elaboración de recetas. Se ha comprobado científicamente que el cocinar no solo sirve para la desconexión o para relajarnos, sino que también funciona como herramienta contra la depresión. Ver nuestro trabajo reflejado en una gratificación, es una de las bases de la recuperación ante un cuadro depresivo. En conclusión, cocinar sabiendo que luego vamos a degustar aquello que estamos cocinando, es un estímulo muy positivo para nuestro cerebro.
Cocinar implica un procedimiento que consta de varios pasos para poder preparar un plato, con esto nos referimos a que el proceso de cocinar comienza con la elección del plato a preparar, la compra de los ingredientes, el trabajo previo a encender los fogones, la preparación como tal, la presentación y por último, la ingesta de los alimentos preparados. Lo que nos garantiza una buena cantidad de tiempo invertido en pensar en otra cosa que no sea aquello que nos agobia.
Como mencionamos anteriormente, cocinar nos otorga una cantidad de beneficios a nivel emocional y de salud mental, entre los que podemos encontrar:
- Mejora las habilidades cognitivas al estar atentos de los ingredientes, las cantidades y los tiempos de cocción que se requieren en cada preparación.
- Desarrolla la creatividad al momento de elegir ingredientes y preparar nuevas recetas.
- Concentración. La cocina nos obliga a saber lo que estás haciendo en todo momento, no podemos descuidar el fuego ni pasarnos de sal.
- Conectamos con nosotros mismos contigo mismo, escuchamos nuestro cuerpo y disfrutamos de los sabores, olores y texturas.
- Aleja la mente de los problemas y permite canalizar las energías en una apasionante disciplina. Puede ser una terapia para eliminar el estrés y si se hace acompañado de música es mejor.
- Nos relaja y nos despeja la cabeza. Hay actividades concretas de la cocina como amasar, mezclar, formar bolas… que nos desestresan.
- Cuando cocinamos para alguien más además de sentirnos generosos, transmitimos nuestros sentimientos más profundos.
- Aumenta la autoestima al crear platillos que pueden deleitar el paladar de los comensales.
- Sentimos agradecimiento por los recursos tan variados que tenemos
Es importante recalcar que la cocinoterapia y el bienestar que proporciona, lo sentiremos siempre y cuando no estemos cocinando por obligación o bajo presión, lo ideal es tomarnos el tiempo para disfrutar del proceso de creación y hacerlo con la premisa de disfrutar.
Tomando el control
Cuando nos colocamos frente a la encimera repleta de productos, nosotros tenemos el control de la situación. Sea si estamos siguiendo una receta o si estamos experimentando un plato de creación propia, nosotros controlamos el proceso. Cuando estamos teniendo sensación de agobio por algo, tener el control nos ayuda a ver la situación.
Sentirnos en control de la situación, aún cuando solamente podamos controlar lo que cocinamos, nos ayuda a ordenar mejor nuestros pensamientos y a desconectar del problema. También sirve como herramienta para descargar frustraciones, pues amasar, pica o batir a mano, necesita de movimientos físicos y de fuerza.
Experimentar en la cocina
La cocina es un espacio que nos permite experimentar con cientos de miles de sabores, colores y olores. Las hierbas, los tipos de carnes o vegetales, diferentes condimentos, diferentes preparaciones. Aventurarnos a trabajar con materia prima desconocida o con platillos de otras culturas, nos produce mucho placer.
No vamos a negar que puede que los experimentos no salgan tan bien como lo esperábamos, sin embargo, el buen rato y lo aprendido, siempre se quedará con nosotros. Otra forma de experimentar en la cocina es darle la vuelta a platos tradicionales. Buscar cambiar su presentación o intentar recrear los sabores pero con diferentes ingredientes. Lo importante es no ponernos límites y tomarnos el tiempo para investigar y experimentar frente a los fogones.
Experimentar en la cocina indiscutiblemente nos traerá platillos nuevos por probar, lo que hace que cada producto, cada sabor y cada elemento nuevo que utilicemos sea un descubrimiento muy reconfortante.
Disfrutar de lo sencillo y natural
Muchas veces nos vemos en la necesidad de alimentarnos de lo rápido y de lo que tenemos a la mano, por el ritmo de vida que llevamos. A veces, es mucho más sencillo pedir comida desde alguna aplicación y que nos llegue a casa o a la oficina, y comerla sin prestarle atención, sino como una acción mecánica. Morder, masticar, tragar y repetir.
Cocinar nos permitirá reencontrarnos con recetas tradicionales, con el sabor de mamá o de la abuela, volver a los ingredientes con los que crecimos y hacerlo todo a nuestro gusto, desde lo sencillo y lo natural.
Podemos ejemplificar de la siguiente manera: Si decidimos comer una hamburguesa en cualquier cadena, la compramos y a los 5 minutos, ya estamos comiendo. Todo está prefabricado y listo para pasar por la cocción y directo a la mesa. Mientras que si nosotros la preparamos, debemos hacer el proceso completo. Elegir los ingredientes que llevarán, qué hierbas y condimentos utilizaremos en la carne, qué tipo de pan queremos comprar si uno con costra o sin costra, qué vegetales utilizaremos, qué guarnición tendrá, etc. Todo esto nos da un abanico de posibilidades que aprovechar, y que disfrutaremos más, pues sabemos el proceso que hubo detrás y estaremos orgullosos del resultado final.
Cocinar para los demás
Cuando cocinamos para familiares y amigos, solemos poner mucho más cariño al proceso de preparación. Cocinar para seres queridos habla de lo importante que son para nosotros, pues siempre los tenemos en cuenta a la hora de decidir los ingredientes y el platillo a preparar. Planificar una comida con amigos o familiares y cocinar para ellos, mientras juntos disfrutan de un buen rato, es uno de los placeres más sencillos de la vida. Además, nos ayuda con nuestra autoestima ver a los demás disfrutar de algo que hicimos con dedicación y que quisimos compartir con los demás.
Cocinar para otros no es sinónimo siempre de una celebración especial, o de una reunión grande, por el contrario, podemos estar cocinando solos en casa y preparar un platillo que compartiremos al día siguiente con nuestro compañero de trabajo. Preparar comida para otras personas, es una muestra de afecto y de preocupación por nuestros seres queridos. Algo tan simple como preparar un café y compartir un trozo de bizcocho con alguien que se puede estar pasando un mal momento, ya es un gesto que demuestra lo mucho que esa persona te importa, por lo que ayudando a otro, nosotros también nos sentimos mejor.
Disfruta y tómate tu tiempo
Cocinar debe ser un placer, no todo el tiempo tenemos la oportunidad de cocinar sin presión, el ajetreo de la semana, el trabajo, las actividades, y muchos otros factores pueden ocasionar que normalmente tengamos un menú preestablecido que nos quita poco tiempo y que no requiere de demasiada atención
Sin embargo, cuando tengamos la oportunidad y el tiempo de disfrutar plenamente del proceso, hay que aprovecharlo. Elegir nuevas recetas que nos permitan experimentar, probar nuevas maneras y técnicas de cocinar, cambiar los materiales con lo que preparamos las cosas, usar distintos elementos que proporcionen un cambio no solamente en la manera de preparar, sino también en el resultado final. En fin, disfrutar del tiempo que pasamos cocinando, sin presiones, sin apuro y haciéndolo todo a nuestro ritmo.
De hace unos años para acá, en las redes sociales hay miles de opciones que nos permiten conocer nuevas recetas y que facilitan los procesos de preparación para que hasta el menos habilidoso pueda llevarlas a cabo sin tanto problema y minimizando las posibilidades de error, tal vez esta sea una forma de comenzar a experimentar si queremos disfrutar de la cocina y del proceso de cocinar de una forma mucho más beneficiosa para nuestra salud mental, y que además nos permita tener una alimentación más sana y balanceada, lo que ayudará con nuestra salud integral.