Lo de los maletines ha existido siempre en el mundo del fútbol. Era como las meigas, existir, existen pero nadie les había visto. En España ha habido muchos casos de posibles amaños de partidos de fútbol que luego se ha quedado en nada. ¿Por qué? Pues la principal razón es porque es muy difícil de demostrar. Tiene que ser muy descarado sobre el campo, y aún ni por esas. Y es que tienen que haber pruebas de que ese equipo se ha dejado perder.
Por esta razón cada vez que un equipo o un jugador cometen un error se podría decir que está primado para perder o cometer ese fallo. Sin embargo, con el paso de los tiempos ha entrado otro factor en el mundo del deporte: las apuestas deportivas. Ahora ya no se queda con otra persona para entregar un maletín y que ese equipo pierda. No. Ahora se hace de otra manera. Dentro del mundo de las apuestas es tan grande el abanico que se puede apostar a cualquier cosa. Por ejemplo, a que un jugador hace una tarjeta antes del minuto 30. A que un jugador es expulsado. A que se hacen dos córners antes de la primera mitad. Y para todas estas apuestas no hace falta ponerse en común con todo un equipo. Que es mucho más complicado.
Por eso, la operación Oikos ha sido tan nombrada en prensa. Porque ha cambiado la forma de amañar partidos. Las apuestas deportivas están aquí. Vamos a hablar un poco más de este caso para conocer lo que está ocurriendo en el fútbol español. Esperemos que se pueda parar esta corrupción. Se trata de una organización con numerosos implicados que salpica de forma directa o indirecta a diferentes equipos de la Liga.
Raúl Bravo
El exjugador del Real Madrid, perteneciente a la época de los galácticos, es uno de los dos presuntos cabecillas de la trama. Y según la información aportada por el periódico ‘El Mundo’, dentro de la organización es él quien se encargaba de contactar con los jugadores a través, en algunos casos, de intermediarios como Borja Fernández (ex Valladolid) e Iñigo López (Deportivo). Fue detenido y posteriormente puesto en libertad con cargos previa fianza de 100.000 euros.
Carlos Aranda
Está presuntamente al frente de la organización. La Policía ha interceptado conversaciones de Aranda en las que detalla cómo se fraguaban los amaños: «Mira, hermano, que gana primera y segunda parte el Valencia, ¿vale?. Había siete jugadores comprados, nada más». Detenido y posteriormente puesto en libertad con cargos previa fianza de 100.000 euros.
Agustín Lasaosa
Expresidente del Huesca y detenido en el marco de la ‘Operación Oikos’. Puesto en libertad con cargos. Se desconoce su implicación real, aunque en la investigación se afirma que estuvo amenazado por los dos cabecillas de la trama. Al poco de su detención, el Huesca emitió un comunicado para desmarcarse como entidad de las acusaciones vertidas.
Borja Fernández
La investigación apunta a que actuó de intermediario para llevar a cabo el amaño del partido Valladolid-Valencia y señala una reunión entre él y Raúl Bravo en el ‘Bar Corinto’. Un encuentro secreto que el jugador reconoce aunque alega que el objeto del mismo era tratar de conseguir para Bravo un puesto de entrenador en la cantera del Valladolid. Fue detenido y puesto en libertad con una fianza de 500.000 euros.
Iñigo López
Jugador del Deportivo de la Coruña. Detenido y posteriormente puesto en libertad con cargos. Señalado en la investigación como intermediario entre los cabecillas y el presidente del Huesca, donde militó entre 2015 y 2018.
La barbacoa
El juez sospecha que en la barbacoa celebrada en la casa del jugador del Valladolid Keko Gontán se abordó el asunto del amaño del inminente partido ante el Valencia. Borja Fernández, en cuyo honor se celebraba la fiesta por estar próxima su retirada, sostiene que sólo era una reunión de compañeros.
¿Qué pasa ahora? Pues está bien claro, la investigación policial tiene que continuar. Esto no saldrá ahora, hay casos pasados que todavía se están investigando, por lo que irá para rato. Pero ahora nos gustaría saber qué puede pasar con estos jugadores y sobre todos con los clubes. ¿Son también responsables? Nos ponemos en contacto con un despacho de abogados, Tramites Fáciles Santander, para que nos digan qué puede pasar ahora.
En la reforma del Código Penal aprobada en 2010, en la que se contempló el llamado “delito entre particulares”, previsto al artículo 286 bis del Código Penal, que castiga estas conductas con penas de 6 meses a 4 años de prisión, inhabilitación especial para trabajar en el sector y multa cuya cuantía oscilará entre lo obtenido fraudulentamente hasta el triple de la referida cantidad.
Las penas recaerían por igual entre todos los implicados cuya conducta ilegal pueda demostrarse, puesto que se considerará autores tanto al que materialmente ejecutó el amaño, como al que lo indujo y al cooperador necesario. Sí en cambio, se rebajará la pena a los cómplices, que son aquellos cuya participación ayude a la comisión del delito, pero cuya presencia no hubiera resultado indispensable. También para alguno, como Aranda, no es la primera ocasión en la que tiene que responder de un tema de corrupción deportiva. La inhabilitación también es una realidad: entre dos y seis años sin tener nada que ver con el mundo del fútbol.
Además, cuando se abra el sumario, que sigue siendo secreto, la RFEF y LaLiga sí podrá abrir expedientes a todos aquellos implicados que tengan licencia federativa. Ahora de momento, al ser un proceso penal, no pueden hacer nada.
Una trama que nos ha dejado sin palabras y que ha llevado a muchos clubes a tener que controlar a sus jugadores. Incluso el Real Valladolid después de saberse esta situación abrió un expediente a Borja y también una investigación para saber qué había pasado en ese partido. Está claro que ahora mismo hay otra nueva forma de amañar partidos y las apuestas deportivas hay que controlarlas.
Al final, ante todo esto, se te quitan las ganas de animar a tu equipo de fútbol, ya sea de primera, segunda o incluso segunda B. Y es que yo pienso que hasta en las liguillas juveniles deben haber tejemanejes o similares, aunque no con los mismos intereses que en las grandes ligas claro está. Por eso, quienes se pelean por el color de la bufanda de su equipo de fútbol son como los que se pelean por política, solo que con menos importancia porque al menos hablando de política puedes pelear por problemas sociales, en el deporte Rey solo te peleas por ver quien es mejor que le otro. En parte por eso, y en parte por intentar educar en el juego de equipo a mis hijos, propuse hacer una bufandas de su equipo del colegio en las que aparecían todos los escudos de la liga de los equipos de la provincia, para animar a todos, para jugar por el deporte en sí, por nada más, y accedieron. Las hemos encargado a Fabrica de Banderas y hemos tenido que triplicar el pedido porque el resto de equipos se han enterado y han querido tener también la suya propia.
Quiero ver cómo si un enemigo se hace daño en un partido de fútbol, todos los jugadores que hay sobre el campo se preocupan por su posible lesión. Quiero ver cómo los padres en las gradas se dan la mano y se saludan, no cómo se insultan y se dan puñetazos. Eso es deportividad y no lo otro ¿o no?