Medidas sostenibles que se están tomando en los hoteles.

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La industria hotelera está en plena transformación. Durante décadas, el turismo se centró casi exclusivamente en ofrecer comodidad y entretenimiento al viajero, pero hoy la perspectiva ha cambiado: ahora es la sostenibilidad lo más relevante. Los hoteles de ahora quieren demostrar su compromiso real con el cuidado del medioambiente, el ahorro energético y la integración en su entorno, en lugar de ofrecer lugares cómodos y bonitos sin más.

En este artículo repasaremos las medidas más destacadas que ya están adoptando los hoteles para reducir su huella ecológica, como la gestión responsable del agua o la instalación de paneles fotovoltaicos.

Quédate a conocerlas, son muy interesantes, y además, están marcando un antes y un después en la manera de viajar.

El camino hacia un turismo más consciente.

El cambio no surge porque sí. El aumento de la preocupación social por el cambio climático, la presión normativa de la Unión Europea y la propia demanda de los viajeros (cada vez más sensibles a la sostenibilidad) son algunos de los motivos principales que han impulsado a los hoteles a reinventarse.

Un estudio reveló que más del 60 % de los turistas europeos están dispuestos a pagar más por alojarse en hoteles que implementen medidas respetuosas con el medioambiente. Esto sin duda significa que la sostenibilidad es mucho más que una cuestión ética o de responsabilidad corporativa: supone también una ventaja competitiva para destacar entre la competencia.

¿Qué medidas de ahorro energético están tomando?

La eficiencia energética es uno de los grandes campos de actuación en el campo hotelero sostenible. Reducir el consumo sin afectar a la comodidad del cliente es un verdadero reto, pero también una oportunidad de innovación.

Algunas de las medidas más habituales incluyen:

  • Sistemas de iluminación LED, que sustituyen a las bombillas tradicionales y reducen el consumo eléctrico hasta en un 80 %.
  • Sensores de presencia instalados en pasillos, baños o salas de uso esporádico, que evitan que las luces permanezcan encendidas cuando no hay nadie.
  • Climatización inteligente con sistemas que ajustan automáticamente la temperatura en función de la ocupación y las condiciones externas.

Estas acciones parecen sencillas, pero en hoteles con cientos de habitaciones pueden suponer un ahorro anual enorme y una reducción notable en la emisión de CO₂.

Instalaciones fotovoltaicas.

Si hablamos de sostenibilidad, la energía solar es protagonista indiscutible. Cada vez más hoteles están apostando por instalar paneles fotovoltaicos en sus azoteas o terrenos anexos para producir su propia electricidad.

¿Qué tienen de especial? Pues que con su instalación, se encargan de cubrir gran parte de la demanda energética diaria del hotel, especialmente en zonas con muchas horas de sol, como ocurre en gran parte de España. Con ello se logra:

  • Reducir drásticamente el gasto eléctrico.
  • Disminuir la dependencia de energías fósiles.
  • Ofrecer una experiencia más responsable al cliente, que valora cada vez más el uso de energías renovables.

Además, algunos hoteles incluso van un paso más allá y generan excedentes de energía que vierten a la red eléctrica, contribuyendo así al abastecimiento de la comunidad. Esta práctica, además de ser beneficiosa para el medioambiente, refuerza la imagen del hotel como empresa comprometida.

Sin ir más lejos, los profesionales de Hotel Villa de Verín aconsejan que no se renuncie a instalar este tipo de medidas para mejorar un hotel, ya que, además de ser muy beneficiosas para el negocio y el planeta, pueden estar subvencionadas por la UE.

Gestión responsable del agua.

El agua es un recurso vital y su consumo en los hoteles es muy elevado: duchas, piscinas, lavanderías y zonas ajardinadas requieren miles de litros al día. Para reducir este impacto, muchos hoteles han implementado sistemas de ahorro y reutilización.

Entre las medidas más extendidas destacan:

  • Grifos y duchas con aireadores que reducen el caudal sin disminuir la sensación de relax.
  • Sistemas de doble descarga en inodoros, que pueden ajustar el uso de agua según la necesidad.
  • Reutilización de aguas grises, es decir, el reaprovechamiento del agua de duchas y lavabos para riego o limpieza de exteriores.
  • Riego por goteo en los jardines, que optimiza el uso del agua y evita el desperdicio.

Estas prácticas reducen considerablemente la factura de agua en hoteles grandes, donde el consumo es enorme.

Eliminación de plásticos de un solo uso.

Hasta hace pocos años era habitual entrar a una habitación de hotel y encontrar botellitas de champú, vasos de plástico envueltos o pajitas en el bar de la piscina. Hoy, muchos hoteles están dejando atrás esos hábitos, alineándose con la normativa europea que limita el uso de plásticos de un solo uso.

Las alternativas incluyen:

  • Botellas rellenables de vidrio o aluminio.
  • Dosificadores de jabón y gel en lugar de amenities individuales.
  • Utensilios compostables o de bambú en restaurantes y bares.

Gestión de residuos y economía circular.

El compromiso sostenible de un hotel también se refleja en cómo maneja los residuos que genera (desde restos de comida hasta envases, textiles y mobiliario).

Cada vez son más los hoteles que:

  • Separan y reciclan de manera efectiva en todas sus instalaciones.
  • Colaboran con empresas que transforman los residuos en nuevos recursos.
  • Donan excedentes alimentarios a bancos de alimentos o asociaciones.
  • Reutilizan textiles, convirtiendo sábanas desgastadas en paños de limpieza o vendiéndolos a empresas de reciclaje textil.

Este enfoque de economía circular demuestra que la sostenibilidad no acaba en el ahorro energético, sino que abarca todo el ciclo de vida de los productos que se usan en el día a día.

Arquitectura bioclimática y diseño sostenible.

Más allá de las medidas operativas, muchos hoteles de nueva construcción apuestan por un diseño sostenible desde sus cimientos. La arquitectura bioclimática busca aprovechar las condiciones naturales del entorno para reducir el consumo energético y mejorar la comodidad.

Ejemplos de ello son:

  • Orientación de las habitaciones para maximizar la entrada de luz natural.
  • Uso de materiales obtenidos en las zonas cercanas y de bajo impacto ambiental.
  • Instalación de cubiertas vegetales que aíslan del calor y mejoran la biodiversidad urbana.
  • Ventanas con doble acristalamiento para reducir pérdidas de calor en invierno y mantener la frescura en verano.

Alimentación sostenible: del huerto a la mesa.

La gastronomía es una parte imprescindible dentro de la experiencia hotelera, y también supone un área en el que se pueden implementar cambios sostenibles. Muchos hoteles están apostando por la alimentación de kilómetro cero, con productos de la zona y de temporada que reducen la huella de carbono del transporte.

Algunos incluso cuentan con huertos propios, donde cultivan frutas, verduras y hierbas aromáticas que luego sirven en sus restaurantes. Esta práctica, además de sostenible, aporta un valor añadido a la experiencia del cliente, que disfruta de una cocina fresca y auténtica.

Otra medida cada vez más frecuente es la reducción del desperdicio alimentario mediante bufés más responsables, menús ajustados a la demanda real y colaboración con aplicaciones que ofrecen a precio reducido la comida sobrante al final del día.

Movilidad sostenible para clientes y empleados.

La sostenibilidad también se extiende al transporte. Algunos hoteles facilitan a sus huéspedes alternativas menos contaminantes para moverse por la ciudad o los alrededores.

Entre las opciones más habituales se encuentran:

  • Estaciones de carga para vehículos eléctricos.
  • Bicicletas gratuitas o de alquiler para recorrer el entorno.
  • Acuerdos con empresas de transporte compartido.

Del mismo modo, los empleados se benefician de programas que incentivan el uso del transporte público o el coche compartido, reduciendo así la huella de carbono global del establecimiento.

Certificaciones y sellos verdes.

Una de las formas de demostrar de manera objetiva el compromiso con la sostenibilidad es obtener certificaciones reconocidas internacionalmente.

Entre las más valoradas se encuentran:

  • LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), que evalúa la eficiencia energética y el diseño sostenible de los edificios.
  • Biosphere y Green Key, centradas en la sostenibilidad en el ámbito turístico.
  • ISO 14001, relacionada con la gestión ambiental.

Estos sellos son garantía para el viajero de que el hotel cumple estándares rigurosos y no se limita a hacer “greenwashing”, o “apariencia verde”.

Influencias positivas en la comunidad local.

La sostenibilidad en los hoteles también se mide por la manera en que se relacionan con la comunidad en la que están situados:

Como hemos mencionado antes, cada vez es más común que los hoteles colaboren con productores locales, contraten a trabajadores de la zona o participen en proyectos comunitarios, como por ejemplo limpiezas de playas. Gracias a estas iniciativas se refuerza el vínculo con el entorno y se aporta un valor social que el viajero percibe y agradece.

Medidas necesarias que benefician a todos.

Las medidas sostenibles en los hoteles son, sin duda, la respuesta a una necesidad urgente de cuidar el planeta y, al mismo tiempo, una forma de ofrecer a los clientes una experiencia más auténtica y alineada con sus valores. Son una decisión inteligente que beneficia a todos, porque todos formamos parte de un mismo planeta.

Viajar puede seguir siendo sinónimo de disfrute, pero ahora también lo es de responsabilidad. Los hoteles que se adaptan a este cambio garantizan sin problema su futuro en el mercado, y por supuesto, contribuyen a crear un mundo más habitable para todos.

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