La colocación de implantes es una de las especialidades de la odontología que más se ha desarrollado en los últimos años. Gracias a ello, se pueden reponer los dientes perdidos en menos tiempo, y de una forma más efectiva y segura. Reduciendo las complicaciones que a veces surgían en estos tratamientos. Los implantes dentales son apósitos sanitarios que se colocan dentro de la encía y que sustituyen la raíz del diente perdido. Como cualquier implante, es necesario que se integre en el organismo del paciente. Existe la posibilidad de rechazo y de infección. Algo que se ha reducido en los últimos años en más de un 90%.
Una vez que el implante se ha soldado, por así decirlo, con la estructura ósea maxilofacial del paciente, se coloca sobre él la corona, prótesis o diente artificial.
Cuenta el periódico El Diario de Mallorca, que en España se realizan entre 1.200.000 y 1.400.000 implantes cada año. Dos de cada 10 personas de edades comprendidas entre los 25 y los 75 años tienen colocado al menos un implante dental en la boca. Además de por una razón estética, reponer las piezas dentales perdidas devuelven la operatividad a la boca, lo que aumenta la calidad de vida del paciente.
En los últimos años, se han introducido en la implantología nuevos materiales biocompatibles con el cuerpo y se han aplicado nuevas técnicas que reducen notablemente los tiempos y aumentan el porcentaje de éxito. Para ello se utiliza las nuevas tecnologías digitales, como el diseño virtual CAD/CAM. Un sistema empleado en la ingeniería industrial, con el que se fabrican piezas precisas a medida y se realizan ensayos prueba-error por ordenador. O el escáner dental, con el que se reproduce una réplica digital exacta en 3D de la dentadura del paciente.
Nos comentan los implantólogos cirujanos de la Clínica Recaver, una clínica dental de Valladolid, que la implantología es una disciplina innovadora y en continuo desarrollo. Las clínicas deben estar al tanto de los últimos avances que se están dando en la materia para ofrecer el mejor servicio posible a sus pacientes.
Estos son algunos de los más destacados:
Implantes de zirconio.
Los implantes dentales han revolucionado la odontología moderna al proporcionar una solución eficaz y duradera para reemplazar los dientes perdidos. Uno de los avances más recientes son los implantes de zirconio, que han ganado popularidad debido a sus características únicas y ventajas significativas en comparación con los implantes de titanio, que son los que habitualmente se utilizan.
El zirconio es un material cerámico que se emplea en diversas aplicaciones médicas debido a su excelente biocompatibilidad y estética. En el caso de los implantes dentales, el zirconio se utiliza para fabricar tanto la parte visible del implante, conocida como corona, como la raíz. Sustituyendo a los tradicionales tornillos de titanio que se insertaban en las encías.
Una de las principales ventajas de los implantes de zirconio es su apariencia natural y estética superior. El zirconio tiene un color similar al de los dientes naturales y puede imitar su translucidez, lo que proporciona un aspecto más armonioso en comparación con los implantes de titanio, que pueden ser más visibles en la línea de la encía. Esta característica estética los hace especialmente adecuados para los dientes incisivos y caninos.
Además de su apariencia, los implantes de zirconio ofrecen otras ventajas. El zirconio es un material libre de metal, lo que reduce el riesgo de reacciones alérgicas en pacientes sensibles y la posibilidad de infección. A diferencia del titanio, que puede causar una respuesta inflamatoria en algunos individuos, el zirconio es altamente biocompatible y se integra fácilmente con el tejido óseo circundante.
Otra ventaja es la resistencia a la corrosión. A diferencia del titanio, que puede corroerse con el tiempo debido a la exposición a la saliva y otros fluidos bucales, el zirconio es altamente resistente, lo que garantiza una mayor durabilidad y longevidad de los implantes.
En términos de resistencia mecánica, los implantes de zirconio son comparables a los de titanio y ofrecen una excelente estabilidad a largo plazo. Sin embargo, es importante destacar que requieren una mayor precisión en su colocación debido a su menor elasticidad. Esto implica que el proceso quirúrgico puede ser ligeramente más complejo y debe ser realizado por un profesional experimentado.
Implantes de carga inmediata.
Los implantes de carga inmediata son una técnica innovadora que permite colocar una prótesis provisional el mismo día de la cirugía del implante. A diferencia de los procedimientos tradicionales, en los que se requiere un período de cicatrización y osteointegración que varía entre 3 y 6 meses. Los implantes de carga inmediata aceleran el proceso y ofrecen resultados rápidos y estéticamente satisfactorios.
El principio de carga inmediata se basa en la estabilidad primaria del implante. En lugar de esperar a que el implante se fusione completamente con el hueso antes de cargarlo con una prótesis, se aprovecha la rigidez y el anclaje inicial en el momento de la inserción. Esto se logra mediante un diseño de implante específico y una técnica quirúrgica precisa.
El proceso de los implantes de carga inmediata se divide en dos etapas: la cirugía de implante y la colocación de la prótesis provisional. En la cirugía de implante, se coloca el implante dental en el hueso maxilar o mandibular, de manera similar a los implantes convencionales. Sin embargo, se presta especial atención a la estabilidad primaria del implante para permitir una carga inmediata.
Después de la colocación del implante, se realiza la segunda etapa, que implica la colocación de una prótesis provisional sobre el implante. Esta prótesis provisional cumple funciones estéticas y funcionales, permitiendo al paciente tener una dentadura temporal mientras el implante se fusiona completamente con el hueso en el período de osteointegración.
Entre las ventajas de los implantes de carga inmediata se encuentran la comodidad para el paciente. Al poder obtener una prótesis provisional en el mismo día de la cirugía, se reduce significativamente el tiempo de espera y las molestias asociadas con los tratamientos convencionales. Esto es especialmente beneficioso para aquellos pacientes que desean una solución rápida estética.
Los implantes de carga inmediata también pueden mejorar la calidad de vida del paciente durante el período de cicatrización. Al proporcionar una prótesis provisional funcional, los pacientes pueden hablar, comer y sonreír con mayor comodidad y confianza, evitando las limitaciones asociadas a la ausencia de dientes.
Es importante destacar que los implantes de carga inmediata no son adecuados en todos los casos. La viabilidad de esta técnica dependerá de la calidad y cantidad de hueso disponible, así como de la evaluación individual de cada paciente. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a técnicas de carga diferida o complementar el tratamiento con procedimientos adicionales, como el injerto óseo.
Regeneración ósea.
Hay casos en los que la colocación de implantes es complicado debido a la pérdida de masa ósea maxilofacial. Esto puede suceder porque el hueco que dejó el diente perdido ha estado libre durante mucho tiempo y al no haber presión en la zona no se ha regenerado o por enfermedades en las encías de carácter periodontal. En estas situaciones, para colocar el implante es necesario regenerar la zona. Algo que se efectúa mediante injertos óseos
Sin un suficiente soporte óseo, la colocación de un implante puede ser problemática y comprometer su estabilidad a largo plazo. El objetivo del injerto es estimular la regeneración y el crecimiento de hueso nuevo en la zona afectada. Existen diferentes fuentes para obtener el material de injerto. Las opciones más comunes incluyen el propio hueso del paciente (autólogo), hueso de donante (alógeno) o sustitutos óseos sintéticos. La elección de la fuente de injerto dependerá de la situación clínica, las necesidades del paciente y la preferencia del cirujano.
Las técnicas más modernas utilizadas en los injertos óseos para implantes dentales son:
- Injertos óseos autólogos: Este tipo de injerto implica tomar una muestra de hueso del propio paciente, generalmente del mentón, el área del seno maxilar o la cresta ilíaca. El hueso se coloca en el área receptora y se fija con tornillos o materiales de sujeción. Los injertos óseos autólogos presentan una alta tasa de éxito y capacidad de regeneración.
- Injertos óseos alógenos: Estos injertos utilizan hueso de donantes humanos. El material de injerto óseo se somete a un proceso de esterilización y desmineralización para eliminar cualquier riesgo de transmisión de enfermedades.
- Injerto óseo sintético: Estos materiales están diseñados para imitar las propiedades del hueso humano y estimular la regeneración ósea. Pueden estar compuestos de cerámica, hidroxiapatita, fosfato tricálcico y otros materiales biocompatibles.
- Factores de crecimiento y membranas: Además de los injertos óseos, se utilizan proteínas que promueven la proliferación de células óseas, lo cual favorece que se regenera de forma natural la zona. Y membranas, que guían la regeneración y actúan como barrera física, evitando que el tejido crezca por una zona no deseada.