La limpieza, el orden y la pulcritud son valores que hacen nuestra vida más fácil y que son realmente necesarios en nuestra vivienda si lo que de verdad queremos es tener una cierta calidad de vida. No son pocos los casos que hay en nuestro país de personas que sufren cierta ansiedad a causa de que no viven en un entorno como del que estamos hablando. Y es que mantener limpio el entorno en el que nos encontramos tiene un efecto claro y directo sobre la salud que poseemos. Pruebas hay. Y amenazas, en caso de no hacerlo, también. Tenemos que tener esto bien presente en todo momento.
Tradicionalmente, se ha asociado con este tipo de labores a las mujeres. Su tardía incorporación al mundo laboral, que comenzó a producirse en los años 80 en España, hizo que, durante buena parte de nuestra Historia, fueran ellas las encargadas del hogar, de los niños y niñas de una familia y de labores más cotidianas. Ese tipo de pensamiento, por suerte, está empezando a cambiar en los tiempos que corren y es evidente que ese cambio es algo necesario en la sociedad en la que vivimos ahora.
Según una noticia que fue publicada en la página web de la agencia Europa Press, las mujeres en España dedican dos horas más que los hombres, de media, al hogar y a la familia. Es algo que no es cosa del pasado. La noticia, de hecho, fue publicada en el mes de febrero de este mismo año y no cabe la menor duda de que este es un problema que todavía a día de hoy sigue latente y que merece un espacio más que visible en el debate social en el que nos encontramos inmersos. Desde luego, está claro que todavía tenemos muchas cosas que aprender.
Y es que hay más datos que nos preocupan y que es muy importante que eliminemos en los tiempos que corren. De uno de ellos se hacía eco un artículo publicado en el diario El Mundo el año pasado. Y dice que el 36% de los hombres deja las tareas del hogar al vivir en pareja. Se trata de un problema de dimensiones increíbles. Todavía seguimos asociando a la mujer con las tareas del hogar y es evidente que queda mucho por hacer. Mucho más de lo que nos imaginamos, nos tememos. Pero hay que seguir insistiendo y peleando.
¿Qué opinan las empresas dedicadas a la venta de productos de limpieza acerca del reparto de tareas del hogar? Hemos querido saber la opinión de, por ejemplo, los principales responsables de Stocknet Vallès, que nos han comentado que, en efecto, todavía siguen siendo las mujeres las que se encargan mayormente de las actividades de limpieza en el hogar. Y lo dicen con conocimiento de causa, puesto que son mujeres las principales clientas del establecimiento. Está claro que todavía hay mucho por hacer en el campo de la equiparación de las tareas del hogar.
La Administración Pública debe dar un paso hacia delante
Está claro que es imposible e inviable que se promulgue una ley acerca del reparto de las tareas del hogar. Nadie puede ir a la cárcel a causa de no hacerlas. Pero lo que también está claro es que hace falta una mayor colaboración por parte de las autoridades públicas a la hora de promover ese reparto de tareas y de mejorar la posición social de la mujer, que sigue siendo, a pesar de todos los avances de los que presumimos, relegada a un segundo plano en muchos de los aspectos que rodean a nuestra vida.
Los diferentes grupos políticos deberían ponerse de acuerdo para tratar de avanzar en este sentido, aunque esto es algo que vemos ciertamente complicado teniendo en cuenta las dificultades que hay últimamente para formar un solo gobierno. Desde luego, una cosa está clara: y es que todavía tenemos que seguir trabajando en cuestiones básicas como lo son salir a la calle, defender los derechos de las mujeres (ya seamos hombres o mujeres) y conseguir, de este modo, una justicia social que, de momento, no es una realidad.
Quedan muchas cosas por hacer, pero es cierto que vamos avanzando poco a poco. Sin embargo, no hay que confiarse. Tenemos que tener claro que seguimos viviendo en una sociedad en la que la mayoría de las mujeres dedica mucho más tiempo a las labores del hogar que los hombres. Y hay que tratar de equiparar ese asunto. De lo contrario, jamás podremos llegar a ser una sociedad moderna. Ese, desde luego, sería un palo demasiado grande para nuestras aspiraciones como país y como sociedad.