Cuando una persona quiere tener una salud integral óptima, debe tomar en cuenta muchos factores y no sólo los que parecieran obvios. Cuando pensamos en la salud, pensamos en tener el cuerpo sano, pero eso implica una serie de cuidados puntuales que deben ser atendidos.
Si tomamos como ejemplo que alguien tenga un accidente y por desgracia se fracture un hueso, esa persona inmediatamente acudirá a un especialista traumatólogo para que lo atienda y lo ayude a sanar. El problema es que pareciera que no todas las ramas de la medicina, son igual de importantes.
España tiene un sistema de salud que aún con deficiencias es privilegiado. Sin embargo, eso no significa que a todas las especialidades de la salud se les de la misma importancia, lo que claramente se convierte en una atención no oportuna, y en pocas campañas educativas para inculcar en la población la necesidad de asistir a ellas para poder garantizar su salud integral.
En el caso de la odontología, si bien es cierto que han aumentado las campañas de educación ligadas a la importancia de la rama, también es cierto que los avances han sido pocos y que parecieran no ser suficientes. Pues hay muchos factores que hacen que las personas no asistan al odontólogo, sino cuando ya el malestar es insostenible.
Factores que influyen en la poca asistencia de las personas al dentista
Según el equipo humano de Clínica Blanc, hay varios factores que son fundamentales para entender por qué las personas no toman la odontología y la atención odontológica como una prioridad para la salud integral. Algunos de ellos son:
- Factores económicos
Poco antes mencionamos que si bien el sistema de salud español es privilegiado, las especialidades de Odontología, fisioterapia, podología o salud mental no suelen contar con coberturas completas de atención profesional. Para nadie es un secreto que hemos vivido varias contingencias económicas en los últimos 15 años y que actualmente, motivado al Covid-19, estamos -como el resto del mundo- enfrentándonos a una crisis económica muy importante.
Sin embargo, desde antes que esta contingencia producto de la pandemia se diera, el factor económico ha sido determinante en relación a la asistencia de las personas al dentista. Distintas asociaciones indican que una familia de 3 o 4 personas puede llegar a gastar casi 500 euros anuales en atención odontológica (sin ser esto una cifra realmente concreta, pues los gastos siempre suelen ir a mayor y no a menor), siempre y cuando no se presenten complicaciones, operaciones o no sean necesarios tratamientos a largo plazo, como la ortodoncia, con la que se pueden llegar a gastar de 7.000 a 10.000 euros al año.
Tomando en cuenta las deficiencias que tiene el sistema de salud y los costos de la atención privada, es evidente que este es un factor muy importante que debe tomarse en cuenta, pues se estima que el 21% de los españoles no asisten al odontólogo por problemas económicos.
Sin embargo y considerando el dinero como un elemento determinante a considerar, la atención odontológica tanto pública como privada se ha incrementado, pues aunque falta mucho camino por recorrer en relación a la educación y a planes de cobertura en salud bucodental, las personas están comenzando a entender lo fundamental que es ser responsable con el cuidado e higiene bucal, lo que incluye -obviamente- la atención odontológica preventiva.
Uno de los grandes problemas de la falta de campañas educativas en relación a la salud bucal, es que las personas aun sabiendo que el cuerpo funciona como un reloj en el que cada pieza es fundamental, se les suele olvidar que la boca forma parte del organismo y que es mucho lo que se puede descubrir y evitar, si se toman las recomendaciones básicas en relación al dentista.
La salud bucodental es fundamental para que se logre alcanzar un buen estado de salud general, pues hay enfermedades de diferentes tipos que pueden empeorar por no prestarle especial atención a la cavidad bucal, así como también hay enfermedades propias de la boca que pueden generar problemas en el resto del cuerpo.
Partiendo de allí, es fundamental que se trabaje en tener una buena higiene bucodental y que se asista por lo menos 2 veces al año al dentista, desde el punto de vista preventivo, pues de esta manera el profesional podrá observar si se presentan cambios bucales que deban ser atendidos. Una caries atendida a tiempo evita un tratamiento de conducto a largo plazo. En el caso de la odontología o de cualquier otra especialidad de la rama de la medicina, la prevención es fundamental para evitar males mayores.
- Miedo al dentista
Para nadie es un secreto que la odontología es un área de la medicina que implica una invasión al paciente y que lo coloca en una posición vulnerable pues debe mantenerse tranquilo y con la boca abierta durante una cantidad considerable de tiempo mientras se realizan los procedimientos dentales con unos implementos que, francamente, asustan.
Esta invasión, sumada a los instrumentos de trabajo del dentista y el sonido de una consulta odontológica, le ponen los nervios de punta a muchas personas y el miedo suele ser un motivo suficiente para no asistir a una cita de control. Este factor también es determinante pues si pensamos en los datos anteriores en el que veíamos que un 21% de españoles no asisten al dentista por problemas económicos, el miedo al profesional de la odontología ataca a más del 15%.
Sin embargo, es necesario entender que la odontofobia no es lo mismo que sentirse incómodo durante un procedimiento, pues la fobia al dentista es el miedo extremo e irracional a ir a la consulta del dentista. Es importante comprender que este temor se considera una fobia cuando se prolonga durante más de seis meses y puede ser miedo a la clínica dental o a los tratamientos en sí.
Ahora bien, es importante tomar en cuenta este factor porque es evidente que si un paciente sufre de odontofobia, es poco probable que esté dispuesto a asistir 2 veces al año para sus revisiones periódicas, lo que deriva en problemas bucodentales que afectan su calidad de vida. De hecho, diferentes estudios en el área han llegado a la conclusión de que un paciente que sufra de odontofobia puede llegar a esperar más de 17 días de dolor crónico antes de ir al dentista y eso, evidentemente, pone en riesgo su salud bucal e integral.
Si el paciente en efecto sufre de odontofobia, hay varias maneras de ayudarlo a superar esta condición de la mano de profesionales especializados que pueden ofrecer diferentes opciones terapéuticas para conseguir erradicar el temor como lo son:
- Terapia de naturaleza conductista del tipo “desensibilización sistemática”: en este caso se busca exponer al sujeto de manera gradual o incremental al estímulo que sirve como pistoletazo de salida al miedo. En este proceso, el individuo primero identifica y acepta que tal o cual estímulo es el desencadenante y en segundo término, el sujeto aprende estrategias de relajación o confrontación al estímulo.
- Terapias cognitivas de orientación conductista: estas se remiten a inducir respuestas ante estímulos específicos, pero que el sujeto maneja o controla cognitivamente o de modo consciente, no de tipo reflejo. Por ejemplo, manejo de la frecuencia y profundidad de la respiración, terapias de relajación como músico terapia, etc.
- La hipnoterapia: es quizás un recurso de los menos populares en relación a la odontofobia, ya que no existe hasta el momento evidencia científica sólida que demuestre ser superior cuando se le compara con algunas de las terapias de corte cognitivas de orientación conductista anteriormente mencionadas.
Estas son opciones que pueden ser utilizadas cuando se tiene el tiempo suficiente, pero en caso de tenerse una emergencia se puede recurrir a la farmacología. El uso de sedación consciente mediante inhalación de óxido nitroso, así como el uso de ansiolíticos, como las benzodiacepinas, son alternativas que correctamente indicadas y administradas, resultan ser clínicamente efectivas, especialmente en niños, en algunas personas con discapacidades cognitivas y en aquellos pacientes que sufren de odontofobia y que no han acudido a ningún tipo de terapia para superarla.
La realidad es que la odontología sí es una especialidad olvidada en España, aunque parece que cada día estamos acercándonos a realizar los cambios suficientes para que esto quede en el pasado. El asunto es que así como el cuerpo funciona como un reloj, las modificaciones que deben hacerse en lo que se refiere al sistema de salud, la educación en la importancia de la higiene, cuidado y atención odontológica, dependen de muchos factores.
Sin embargo, todos desde nuestras diferentes trincheras debemos hacernos responsables de nuestra salud y de darle el valor que le corresponde no solo a la odontología, sino a todas aquellas especialidades médicas que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, pues mientras más interés tenga la sociedad en ellas, es más probable que se generen los cambios necesarios para conseguir darle la vuelta a esa realidad y lograr que se les de la misma importancia que a cualquier otra rama de la medicina.